Hablar un idioma no significa solo usar palabras correctas. Significa conectar. Significa comprender al otro, adaptarse a diferentes contextos, y saber cuándo, cómo y por qué decir algo. Es aquí donde entra el concepto de competencia comunicativa.
📚 De la gramática a la interacción real: un
cambio de paradigma
En los años 50 y 60,
el lingüista Noam Chomsky cambió la manera en que veíamos el lenguaje. En obras
como Syntactic Structures (1957) y Aspects of the Theory of Syntax
(1965), propuso que los seres humanos tenemos una habilidad innata para
producir y entender un número infinito de oraciones, incluso si nunca las hemos
escuchado antes. A eso lo llamó competencia lingüística.
Pero, y es que aquí
viene lo interesante, Chomsky hablaba de la capacidad para generar oraciones
gramaticalmente correctas… sin tomar en cuenta si esas oraciones tenían sentido
o funcionaban en situaciones reales. ¿Alguna vez has dicho algo “correcto” y aun
así no te entendieron? Exacto. Ser competente en un idioma va más allá de la
gramática.
🌍 Hymes y la verdadera comunicación
Fue Dell Hymes, un
antropólogo y sociolingüista, quien en 1972 amplió esta visión con un concepto
poderoso: la competencia comunicativa. Él entendía que comunicar no es
solo hablar bien, sino hablar bien para la ocasión, con propósito,
contexto y sensibilidad cultural.
Hymes propuso cuatro
preguntas clave que todo hablante se hace —consciente o no— al comunicarse:
- ¿Es formalmente posible? ¿Lo que quiero decir respeta las reglas
del idioma y las normas sociales del lugar donde estoy hablando?
- ¿Es factible? ¿Tengo las condiciones emocionales,
físicas o cognitivas para expresarlo ahora? ¿Tiene sentido lo que digo
según mi contexto?
- ¿Es apropiado? ¿Es esto lo correcto para decir en esta
situación, con esta persona, en este momento?
- ¿Ocurre realmente? A veces algo es posible, factible y
apropiado… pero simplemente no pasa. Como cuando un estudiante
responde en inglés de forma perfecta, pero demasiado formal, mientras que
un hablante nativo solo dice “yeah”.
Estas preguntas
reflejan cómo el lenguaje está profundamente entrelazado con la cultura, la
sociedad y la identidad. Y esto tiene un impacto directo en cómo enseñamos y
aprendemos idiomas.
🧠 Canale y las subcompetencias de la
comunicación
Más adelante, Michael
Canale desarrolló un modelo que nos ayuda a entender cómo se forma esta
competencia comunicativa en quienes aprenden una segunda lengua. Según él, no
basta con saber, también hay que saber usar lo que se sabe.
Canale propuso cuatro
subcompetencias que debemos tener en cuenta:
- Competencia gramatical. Es el conocimiento de las reglas del
idioma: morfología, sintaxis, fonética, ortografía, semántica... Lo básico
para construir frases correctas. Pero eso es solo el comienzo.
- Competencia sociolingüística. Aquí entra el saber cuándo y cómo usar
esas frases, dependiendo del contexto. Por ejemplo, un estudiante debería
poder hablar diferente en una entrevista de trabajo que con un amigo.
- Competencia discursiva. Se trata de la habilidad para construir
textos orales o escritos que sean coherentes y cohesionados. En otras
palabras, que tengan sentido del principio al fin, y que cada parte esté
bien conectada con las demás.
- Competencia estratégica. Todos cometemos errores. Esta competencia
nos ayuda a usar gestos, repetir ideas o reformular frases para mantener
la comunicación viva, incluso si olvidamos una palabra o no entendemos
algo del todo.
💬 Entonces, ¿cómo enseñamos esto?
Como docentes, nuestro
reto no es solo enseñar reglas, sino también enseñar cómo usarlas.
Podemos hacerlo proponiendo situaciones reales, intercambios culturales,
dramatizaciones, debates, correos electrónicos simulados o simplemente hablando
sobre la vida cotidiana.
Por ejemplo, cuando un
estudiante aprende a pedir algo en un restaurante en inglés, no solo necesita
la gramática correcta, sino también saber cómo ser amable, directo o respetuoso
según el país. En Estados Unidos, un “Can I get…” funciona. En otros contextos,
podría sonar grosero. Esa es la magia —y la complejidad— de enseñar una lengua
viva.
🌟 Más que hablar, es pensar distinto
Como dijo la
periodista Flora Lewis: “Aprender otro idioma no es solo aprender palabras
diferentes para las mismas cosas, sino aprender otra manera de pensar acerca de
las cosas.”
Aprender una lengua
extranjera es abrir una puerta a otras formas de ver el mundo. Es también
cultivar el respeto, la empatía y la capacidad de adaptarse a lo diverso. Por
eso, enseñar inglés —o cualquier idioma— es mucho más que enseñar vocabulario:
es formar ciudadanos globales.
Referencias
- Chomsky, N. (1957). Syntactic
Structures. The Hague: Mouton.
- Chomsky, N. (1965). Aspects
of the Theory of Syntax. Cambridge,
MA: MIT Press.
- Hymes, D. (1972). On
communicative competence. In J. B. Pride & J. Holmes (Eds.), Sociolinguistics
(pp. 269–293). Harmondsworth:
Penguin.
- Canale, M. (1995). Theoretical
Bases of Communicative Approaches to Second Language Teaching and Testing.
Retrieved from https://www.researchgate.net/publication/248900639_Theoretical_Bases_of_Communicative_Approaches_to_Second_Language_Teaching_and_Testing
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