Jorge Enrique Ramírez Peñuela
Aura Natalia Pineda Sáenz
En el texto escrito por
Zanon y Hernández titulado “La enseñanza de la comunicación en la clase de
español” se afirma que:
“Si
intentamos «enseñar» a nuestros alumnos a comunicarse en español en situaciones
como la descrita no bastará con exponerles a las formas correctas y apropiadas
pragmáticamente. Es decir, no bastará con que dominen los contenidos de
comunicación, sino que deberán tener la oportunidad de aplicar sobre esos
contenidos los procesos «reales» que los convierten en verdaderamente comunicativos.
Es decir, en nuestro ejemplo, trasladar la
situación de comunicación «pedir y dar información sobre ubicación de lugares»
al aula implicaría reproducir los procesos descritos en forma de actividad
didáctica.”[1]
El reconocimiento de esta afirmación en
los procesos de enseñanza y de aprendizaje de la lengua española como lengua
extranjera o segunda lengua con niños de 5 a 11 años de edad, nos lleva a
reconocer la importancia de la aplicación y uso efectivo de estrategias de
aprendizaje en el aula de clases, que no solo den cuenta del desarrollo de
habilidades de “pensamientos especiales o comportamientos que los individuos usan para
ayudarse a comprender, aprender o retener nueva información” (O’Malley y Chamot, 1990) sino también de las
capacidades y destrezas del estudiante para para aprender a aprender de modo
que pueda hacerlo sin la ayuda del docente en cualquier momento, espacio y
tiempo de su desarrollo humano.
Con el objeto de precisar cuáles son
algunas de las estrategias de aprendizaje más efectivas para desarrollar un
proceso de enseñanza y de aprendizaje en L2 / LE que le permita a los niños el
dominio de la competencia comunicativa en el idioma que se adquiere o aprende
es necesario reconocer sus procesos de desarrollo humano.
Durante este periodo de su vida los
niños entre 5 y 11 de edad se encuentran en la etapa de las operaciones
concretas. Ahora piensan de manera más lógica que antes porque pueden
consideran múltiples aspectos de una situación, es decir, son más competentes
para realizar tareas que requieran una mejor comprensión del objeto del
conocimiento o la realidad por descubrir y/o describir. Sin embargo, su
razonamiento principalmente está limitado a pensar en situaciones reales del
aquí y el ahora. En consecuencia, su proceso de aprendizaje de una LE es visto como una
experiencia cultural, como “un proceso
que partiendo de lo externo, del medio como fuente proveedora, se realiza por y
en el individuo atendiendo a sus necesidades y a través de la actividad y
comunicación propias y de los otros como portadores estos últimos, de toda la
riqueza individual y social.” (Febles 1999:217).
Desde el punto de vista
psicosocial, los niños están aprendiendo a planificar con antelación y a
evaluar lo que hacen. Además de empezar a forjar su auto concepto personal, a
desarrollar una auto imagen personal de sí mismos frente a la sociedad que les
rodea. Es por ello que tanto madres y padres de familia como docentes deben
ayudar en la formación positiva de dicha auto imagen, ya que no sólo les crea
una buena autoestima sino que también les ayuda a ser confiados, curiosos e
independientes, a confiar en sus propias ideas, a iniciar retos o actividades
nuevas con confianza, a sentirse orgullosos de su trabajo.
En cuanto a su desarrollo
lingüístico los niños, por causa del ambiente de formación escolar, desarrollan
su competencia sintáctica mediante la adquisición de las estructuras más complejas
del lenguaje, por ejemplo, el dominio categorías gramaticales como el aspecto y
modo de los verbos; se incrementa su vocabulario y se logra el dominio de una
competencia gramatical adecuada al uso convencional de tal modo que puedan
iniciarse en los procesos de construcción de textos amplios y coherentes, y de
comprensión lectora.
En vista de que se
reconocen tales condiciones de desarrollo humano el docente puede usar recursos
tales como libros,
películas, materiales interactivos con la finalidad de que el alumno pueda
llevar a cabo las acciones específicas “para
que el aprendizaje resulte fácil, ameno, autodirigido, efectivo y transferible
a nuevas situaciones.” (Rebecca Oxford, 1990). Razón por la cual se tiene
que permitir a los niños identificar el contexto sociocultural que les rodea e
interactuar con el docente y sus compañeros de clases, de manera que asimile,
acomode y adapte en sus estructuras cognitivas el conocimiento que ha
construido como resultado de un proceso dinámico de cooperación entre los
sujetos que intervienen en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
De ahí que, el profesor busque desarrollar de procesos pedagógicos
orientados hacia la acción. En efecto, y expresándolo en términos vigostkyanos,
el empleo de estrategias de aprendizaje con sujetos que viven la niñez
intermedia apuntan al descubrimiento y estimulación de la zona de desarrollo
potencial en cada estudiante, destacando que el sujeto no se limita a responder
estímulos sino que actúa sobre ellos. Por lo cual, a los niños se les deben
presentar actividades propias de escenarios sociales y culturales reales, para
que la lengua pase a ser una herramienta que le permite el desarrollo de ideas
y pensamientos.
Ahora bien, en lo que respecta al proceso de adquisición de
un segundo idioma Tabors y Snow (1994) describieron una secuencia de desarrollo
de cuatro etapas en los pequeños que aprenden el idioma después de los tres
años, a saber:
1.
Uso de la lengua en el hogar. Cuando un niño ha logrado un nivel de competencia
lingüística en un idioma y se introduce en un entorno donde todo el mundo está
hablando un idioma diferente, por ejemplo, un estudiante de idioma inglés al
entrar en un aula de preescolar donde el inglés es la lengua única o dominante
(en el proceso de enseñanza y aprendizaje), él seguirá hablando con frecuencia
su lengua materna, aunque los demás no le entiendan. Este período puede ser
corto o en algunos casos, el niño va a persistir en el intento de conseguir que
los demás le entiendan durante algunos meses.
2.
Período no verbal o de silencio. Cuando los niños se dan cuenta de que hablar
su lengua materna no funcionará, entran en un período en el que rara vez hablan
y utilizan medios no verbales para comunicarse. Este es un período activo para
el aprendizaje de idiomas por parte del niño; él está ocupado en la comprensión
de las características, los sonidos y las palabras del nuevo idioma (lenguaje
receptivo), sin embargo no usa la información verbal del nuevo idioma para
comunicarse. Esta es una etapa muy importante en el aprendizaje de una segunda
lengua, que también puede durar mucho tiempo o ser breve. Cualquier evaluación
del proceso de enseñanza y de aprendizaje de un idioma realizada durante esta
etapa de desarrollo puede dar lugar a información engañosa que subestime la
verdadera capacidad lingüística del niño.
3.
Habla telegráfica y en fórmula. El niño ya está listo para comenzar a utilizar
el nuevo idioma, y lo hace a través del habla telegráfica que implica el uso de
fórmulas. Esta situación es similar al proceso de aprendizaje de L1 de un niño
monolingüe que está aprendiendo palabras o frases (palabras de contenido) para
expresar pensamientos enteros sencillos. Por ejemplo, un niño puede decir:
"me down (yo abajo)", indicando que quiere ir abajo. El uso de
fórmulas en el discurso se refiere a trozos no analizados de palabras o incluso
a veces sílabas agrupadas que son repeticiones de lo que el niño ha escuchado.
Por ejemplo, Tabors (1997) reporta que los estudiantes del idioma inglés en el
preescolar utilizan con frecuencia la frase "Lookit" para involucrar
a otros en sus juegos. Estas son las frases que los niños habían escuchado de
otros que les ayudaron a lograr sus objetivos sociales, a pesar de que los
niños probablemente no conocen el significado de las dos palabras.
4.
Uso productivo del Idioma. Ahora el niño está empezando a ir más allá de los
enunciados telegráficos o fórmulas lingüísticas para crear sus propias frases y
pensamientos. Inicialmente, el niño puede usar patrones gramaticales muy simples,
como "Yo quiero jugar", pero con el tiempo va a ganar control sobre
la estructura y el vocabulario de la nueva lengua. Los errores en el uso del
lenguaje son comunes durante este período ya que los niños están experimentando
con el aprendizaje de las reglas y estructuras del nuevo idioma.[2]
Por consiguiente, y con base en el conocimiento de las condiciones de
desarrollo humano y de adquisición de una segunda lengua, se puede afirmar que
algunas estrategias pertinentes para que los niños entre 6 y 12 años de edad
demuestren el dominio de una competencia comunicativa en L2 / LE, son:
·
El modelo de estrategias de aprendizaje propuesto por O’Malley y
Chamot (1990) quienes diseñaron un programa específico de aprendizaje de
estrategias. Éstas se dividen en tres tipos: (1) metacognitivas (planificación,
reflexión, monitoreo y evaluación del desarrollo del aprendizaje), (2) cognitivas
(tareas específicas, manipulación física o mental del material de aprendizaje,
aplicación de una técnica específica a una tarea específica como repetición,
traducción, agrupación de elementos, toma de notas, etc.) y (3) socio-afectivas
(actividades de mediación para favorecer el aprendizaje, como el aprendizaje cooperativo
y la formulación de preguntas aclaratorias). Estas estrategias parecen muy
acertadas para un trabajo con niños, ya que ellos requieren de un seguimiento,
apoyo y acompañamiento constante.
·
El modelo de estrategias de
aprendizaje propuesto por Weinstein y Mayer. Ellos definen las estrategias de
aprendizaje como “conductas y pensamientos que un aprendiz utiliza durante el
aprendizaje con la intención de influir en su proceso de codificación.” (Weinstein
y Mayer, 1986: 315). Por eso distinguen tres clases de estrategias de
repetición, ensayo o recitación (atención y codificación de la memoria),
estrategias de elaboración (conexión entre información nueva y la previa) y
estrategias de organización (seleccionar información para fomentar análisis,
síntesis e inferencia).
·
El modelo de estrategias propuesto por Rebecca Oxford (1990), cuyo
trabajo sobre estrategias es el más conocido entre los profesores de lenguas.
Ella divide las estrategias en dos tipos: directas e indirectas, las cuales
subdivide a su vez. Las estrategias directas están integradas por las
estrategias: compensatorias, cognitivas y de memorización. Mientras que las
estrategias indirectas están constituidas por las estrategias: afectivas,
sociales y metacognitivas. Algunos ejemplos de la aplicación de dichas estrategias
son:
(1)
Estrategia cognitiva: practicar la lectura de cuentos
infantiles, creación de un final diferente, cambio del espacio y tiempo en que
suceden las acciones, convertir el texto narrativo en un texto dramático para
su representación. La incorporación de este tipo de textos narrativos no solo
en el aula de clase sino también el hogar es muy importante porque:
1. “El cuento es una de las bases para el desarrollo intelectual del niño,
al contarle una historia podemos lograr que entienda las cosas con más rapidez,
que su cerebro trabaje con mayor certeza.
2. El escuchar cuentos hace a los niños más reflexivos, ya que en éstos
siempre encontraremos un mensaje que los lleve a comprender la forma en que
deben actuar y comportarse, a saber distinguir entre lo bueno y lo malo.
3. Le ayuda a combatir sus propios temores. En muchos de los cuentos el
niño se puede identificar con las emociones de los protagonistas, y el conocer
el desenlace y lo que le va ocurriendo a lo largo de la historia, supone tener
argumentos para afrontar sus propios miedos, con una sensación de mayor
control.
4. Se estimula su memoria y sus ganas de expresarse.
5. Amplían su sensibilidad.
6. Desarrolla y amplían las capacidades de percepción y comprensión del
niño.”[3]
(2)
Estrategia cognitiva: recibir y enviar mensajes. Sobre la base
de los procesos de análisis, interpretación y comprensión del texto leído se
pueden motivar a los estudiantes para que escriban correos electrónicos a
personas de su familia relatando los significados personales que han construido
sobre la base de sus saberes personales, lo que comunica el texto y su autor y
las vivencias del contexto. Para aquellos que no encuentran satisfacción en el
desarrollo de su inteligencia lingüística se les puede permitir realizar un
dibujo (inteligencia espacial) que luego explicarán a sus compañeros o escribir
la letra de una canción e interpretarla ante los demás estudiantes
(inteligencia musical).
(3)
Estrategias de memoria: se puede orientar los procesos de
aprendizaje y desarrollo de la competencia léxica acompañando a los niños en la
creación de sus propios diccionarios de imágenes sobre determinados campos
semánticos (animales, deportes, frutas, miembros de la familia, etc.) de esta
manera se les ayuda a comprender que las palabras relacionan un concepto
asociado a un elemento real. Sin embargo las palabras no sólo son unidades
semánticas, también son unidades pragmáticas y sociolingüísticas, así con el
objeto de que el niño aprenda cómo usarla en un texto en relación con contexto
de tal manera que la pueda usar en forma adecuada en las diferentes situaciones
comunicativas, se puede implementar el juego veo veo para desarrollar procesos
como la atención y la concentración estimulando el nivel intelectual de los
infantes. Se podría agregar como una etapa más del juego el uso de la palabra
adivinada en un enunciado oracional de su creación.
(4)
Estrategias de compensación: animar a los
estudiantes a hacer uso de perífrasis o circunloquios, de tal manera que usen
más palabras de las necesarias para expresar una idea o concepto, compensando
sus deficiencias o limitaciones en el conocimiento de la L2 / LE.
(5)
Estrategias de memorización: usar la acción. Para
ello se pueden implementar los principios del método Respuesta Física Total
(RFT). Al respecto J. Font (1998: 223) afirma: “… se tiene la impresión de
que, más que de un método, se trata de una estrategia válida para aprendices
principiantes. También resulta muy útil para trabajar con niños, al combinar el
discurso y la acción…” Por ejemplo, juegos como “Simón dice” permite
la comprensión de un mensaje (los imperativos) a través de la respuesta física
(la ejecución de las órdenes dadas). “Esta técnica es especialmente útil al
enseñar una lengua extranjera. Las primeras destrezas que se practican son las
receptivas y está comúnmente aceptado que el estudiante pasará por un periodo
de silencio antes de producir ningún mensaje oral o escrito. Entre estas dos
fases hay una intermedia en la que el estudiante puede responder físicamente
para mostrar la comprensión de un mensaje. Seguimos un proceso natural en el
aprendizaje de la lengua extranjera, intentando emular la forma en la que
aprendió su lengua materna.”[4]
(6)
Estrategias sociales: participar en conversaciones de grupo.
Sobre la base del conocimiento de las condiciones culturales, económicas,
políticas y sociales del contexto de aprendizaje de una L2 / LE se pueden
proponer temas a desarrollar mediante diversas técnicas orales, logrando que
cada niño pueda preguntar y cooperar con los demás. “El intercambio con los
compañeros permite al niño poder confrontar sus opiniones, sentimientos y
actitudes, ayudándole a examinar críticamente los valores que ha aceptado
previamente como incuestionables de sus padres, y así ir decidiendo cuáles
conservará y cuales descartará. Por otro lado, este mayor contacto con otros
niños les da la oportunidad de aprender cómo ajustar sus necesidades y deseos a
los de otras personas, cuándo ceder y cuándo permanecer firme.”[5]
(7)
Estrategias afectivas: disminuir la ansiedad: reír. Para ello se
pueden presentar los tradicionales dibujos animados en L2 / LE, usar juegos de
manera que se orienten procesos que disminuyan la ansiedad del aprendiz.
Bajo estas circunstancias educativas el
rol del profesor es ser un guía, un orientador de los procesos pedagógicos con el propósito de que canalice las conductas de sus
estudiantes con un fin como lo es el aprendizaje de una lengua. Como consecuencia,
el maestro debe ser dinámico, proactivo y asertivo no sólo en la selección de
las estrategias sino también el descubrimiento de las estrategias que se usan
para organizar e integrar los nuevos conocimientos en las estructuras mentales,
entonces se infiere que el sujeto orientador aplica las estrategias de acuerdo
al grupo con el cual trabaja y su edad, para desarrollar procesos con una
intención estable, sin caer en la rutina de la vida escolar.
Cuando el profesor
lleva a cabo su trabajo de manera efectiva y eficaz hace que sus estudiantes
desarrollen sus capacidades, destrezas, habilidades para tomar sus propias decisiones,
al mismo tiempo que permite que dichas estrategias puedan “facilitar la internalización, el almacenamiento, la recuperación o el
uso de la nueva lengua”, de acuerdo con Rebecca Oxford, para quien “las estrategias son herramientas necesarias
para el desarrollo de habilidades comunicativas” (1990: 18).
Finalmente se puede decir que el proceso de enseñanza y de
aprendizaje es un proceso dinámico que progresa y se transforma en la práctica
cotidiana producto de los cambios cognitivos, físicos, psicológicos y sociales que
ocurren en la conducta de los niños fruto de su desarrollo humano. Sin embargo,
el éxito en la aplicación de estrategias de aprendizaje en la ejecución y
realización de los procesos pedagógicos se evidenciará si al reconocimiento de
esos procesos psicológicos que explican el desarrollo humano se suma el
reconocimiento de los factores culturales, económicos, políticos y sociales que
lo delimitan. La labor del docente es buscar las
herramientas adecuadas al grupo de aprendizaje y a su entorno con el objeto de
promover un uso real de la lengua en diferentes contextos tanto dentro como
fuera del aula, estableciendo un sistema de evaluación que brinde espacios de
reflexión y un manejo positivo del error, para que los estudiantes se sientan
acompañados y seguros de su proceso de aprendizaje, como participantes activos de
un proceso de crecimiento grupal.
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[1]
Zanon, J. y Hernández, M. J. (1990). La enseñanza de la comunicación en la
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[2] Espinosa,
Linda. Second Language Acquisition in Early Childhood. Recuperado
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[3]
La
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