domingo, 30 de noviembre de 2014

Motivos por los que la mayoría de los aprendices de una LE no alcanzan una competencia similar a la de un nativo/a

De acuerdo con el diccionario de términos claves de ELE, editado por el Centro Virtual Cervantes, “la investigación sobre adquisición de lenguas segundas acuñó este término para designar el conjunto de procesos inconscientes mediante los cuales el aprendiente desarrolla la capacidad de utilizar estructuras y formas lingüísticas en una lengua segunda para la comunicación.”[1] Ello implica el desarrollo de las actitudes y aptitudes para codificar y decodificar mensajes en un espacio y tiempo determinado en relación con las circunstancias culturales, económicas y sociales que delimitan las situaciones de comunicación. Sin embargo, durante este proceso de adquisición algunos aprendices no logran desarrollar una competencia en LE similar a la de un nativo. Se explican aquí algunas teorías psicolingüísticas, sociolingüísticas y discursivas que den cuenta de las razones por las que sucede este fenómeno lingüístico.
En primer lugar, se hallan las teorías psicolingüísticas que buscan explicar como un aprendiz de L2 alcanza el dominio de una competencia comunicativa al “determinar la naturaleza y funcionamiento de las operaciones mentales implicadas en la utilización del saber lingüístico.”[2] No obstante, cuando ese ser humano no es capaz de entender y hacerse entender adecuada y correctamente en L2 se debe a que su proceso de aprendizaje está condicionado por la estructura morfosintáctica, semántica, fonética y fonológica de su L1. Hecho que explica el modelo de Análisis Contrastivo y que “postula que la contrastación lingüística de dos lenguas permitiría, además de determinar las diferencias y similitudes de ambas, predecir los problemas de aprendizaje.”[3] En este sentido, lo que pone en evidencia esta corriente de la lingüística aplicada es identificar los errores que el aprendiz comete en L2 como resultado de la interferencia de su L1. Este “proceso puede aparecer cuando los hábitos lingüísticos o culturales difieren entre la L1 y la L2. Dado que el aprendiente está tan acostumbrado a emplear, por ejemplo, una determinada estructura gramatical, tiende a emplearla también en la L2, lo que puede resultar en un error; por ejemplo, cuando un anglohablante dice [Soy veinte años].[4]
Para algunos lingüistas tales errores no se deben buscar no en la comparación de entre la L1 y la L2 sino en el estudio del desarrollo de las habilidades productivas (hablar y escribir), por lo que se entiende el proceso de adquisición como un proceso de aprendizaje que se lleva a cabo en diferentes estadios o etapas que aseguren el dominio de una competencia comunicativa en L2. En consecuencia, en cada uno de dichos estadios el aprendiz puede identificar el error y convertirlo en una fortaleza que asegura la apropiación de la L2. Es así como mediante el Análisis de Errores se indica que en sus procesos cognitivos el aprendiz construye un sistema intermedio entre su L1 y L2 que le permite plantear hipótesis sobre el funcionamiento de la L2, las cuales comprueba consciente o inconscientemente de tal manera que pueda reforzar sus estructuras cognitivas y hacerlas más complejas. Dicho sistema se conoce como interlengua. Al respecto, la doctoranda Ana María Aguilar López afirma: “Cuando un aprendiz trata de expresarse en la L2/LE en un momento concreto, refleja su interlengua, es decir, un sistema lingüístico que no se corresponde con el de su lengua materna ni exactamente con el de la L2/LE, aunque se aproxima a éste, ese sistema lingüístico tiene características propias y diferentes a su vez de la L1 y L2/LE.[5]
La dificultad a la que se enfrentaría el aprendiz de L2 en cada uno de los estadios o etapas de aprendizaje es que su interlengua se estanque y deje de ser permeable, dinámica y sistemática. Cuando esto ocurre se habla de fosilización, que no es más que “la tendencia que tienen los aprendices de L2 de conservar en su interlengua usos, reglas o estructuras, que no aparecen en la producción de los nativos de L2 y que se consideraban erradicados a través del aprendizaje.”[6] En palabras de Selinker: “A crucial fact, perhaps the most crucial fact, which any adequate theory of second-language learning will have to explain is this regular reappearance or reemergence in IL productive performance of linguistic structures which were thought to be eradicated.” (1972, page 16)[7]

La construcción de un modelo psicológico que dé cuenta de la manera como un estudiante comprende y produce la información que se adquiere al aprender una L2 no es la única explicación lógica para determinar las causas por las que no logra una competencia similar a la de un hablante nativo. Existen también otros factores como la edad, el sexo, el origen étnico, la clase social o el tipo de educación recibida por el sujeto en cuestión que afectan el proceso de comunicación en el nuevo sistema lingüístico que se aprende.
Estos factores son analizados bajo la lente de los modelos sociolingüísticos que entiende el proceso de adquisición de segundas lenguas como una acción socializadora condicionada por contextos sociales y situacionales que determinan la capacidad de una persona para producir y entender adecuadamente las expresiones lingüísticas en las diferentes circunstancias espacio-temporales que delimitan el evento comunicativo.
Schumann mediante su modelo de Aculturación explica que los procesos de ASL son procesos de adaptación a una nueva cultura. El aprendiz incorpora en su saber ser y saber vivir juntos los elementos de la nueva cultura al mismo tiempo que reajusta sus patrones culturales tradicionales para asimilar, acomodarse y adaptarse a las nuevas maneras de ver e interpretar el mundo que se reflejan a través del aprendizaje de una L2.
El éxito de este proceso de aculturación depende de dos variables sociales: la distancia social y la distancia psicológica. Los estudios sobre adquisición de segundas lenguas se han interesado por el estudio de la distancia social ya que, junto con la distancia psicológica, es uno de los factores sociales que, siempre según la teoría de J. Schumann, afectan al proceso de aprendizaje de una lengua hasta el punto de que, si estas distancias son considerablemente grandes, el hablante puede llegar a utilizar dicha lengua, únicamente, en situaciones en que es absolutamente necesaria, restringiendo funcionalmente la lengua meta y favoreciendo de este modo su pidginización.[8]Es decir, que si el grado de acercamiento y adaptación con su grupo social, se desenvuelve bajo unas circunstancias sociales y psicológicas negativas respecto a la L2 o a sus hablantes, el individuo simplifica y reduce su actuación lingüística en L2, quedándose simplemente en lo básico. Así, se produce la fosilización en el proceso de aprendizaje ya que no se progresa en el mismo.
Otra modelo teórico que intenta demostrar que los factores ambientales determinan el proceso de ASL es la teoría de la acomodación (Giles y Byrne, 1982) que explica que con base en el tipo y la calidad de las relaciones entre el grupo social al que pertenece el aprendiz y el grupo de social de la L2 se logra el éxito en el proceso de aprendizaje de una L2. Para ello se consideran los conceptos de divergencia y convergencia. Al respecto Isabel Molina Martos afirma: “La convergencia y la divergencia buscan la consecución de objetivos comunicativos. Las razones por las que el hablante decide mantener una conducta convergente con el interlocutor son variadas, por ejemplo, mejorar la eficacia de la comunicación, obtener aprobación social del oyente o mantener las identidades sociales positivas. Los fines que se persiguen cuando la conducta del hablante es divergente son opuestos: los hablantes acentúan sus diferencias lingüísticas a fin de mantener la distancia social con quienes consideran no son parte del propio grupo social.[9]En este sentido es válido aseverar que cuando un aprendiz tiene una actitud negativa hacia la comunidad de la lengua meta, el exogrupo, su motivación en el logro de una competencia de uso en L2 es baja.
En el marco de las propuestas teóricas psicolingüísticas y sociolingüísticas subyace latentemente el concepto de modelos cognitivos que intentan desentrañar la manera como el aprendiz de L2 relaciona el nuevo conocimiento lingüístico con el desarrollo de procesos cognitivos como la atención, la memoria, la percepción, etc., centrando su interés en la manera como dicho sujeto procesa la información y establece una conexión lógica entre los diferentes datos almacenados en su memoria; otorga relevancia al significado del caudal lingüístico adquirido; destaca la importancia de la experiencia como fuerza motriz de nuevos conocimientos, entre otros aspectos. Su interés es describir una estructura cognitiva común para todos los procesos mentales relacionados con el conocimiento lingüístico.
Una de las teorías más conocidas que explica dicha estructura cognitiva es el modelo del Monitor propuesto por Stephen Krashen, que busca optimizar la preparación emocional del aprendiz para lograr su éxito en el proceso de aprendizaje de la L2, en consecuencia “el conocimiento lingüístico y gramatical resultante de la enseñanza formal (sistema aprendido) únicamente desempeña la función de guía y corrector de los enunciados formulados.”[10]
Esta teoría del Monitor está constituida por cinco hipótesis básicas:
  1. Hipótesis de adquisición y aprendizaje. Se entiende por adquisición el proceso automático e inconsciente del aprendiz de L2 por participar naturalmente en las situaciones de intercambio comunicativo. Mientras que el aprendizaje se considera el proceso consciente y formal de estudiar los componentes morfosintácticos, semánticos, fonéticos y fonológicos de la L2 para participar en intercambios comunicativos con los hablantes nativos.
  2. Hipótesis del orden natural de adquisición. De acuerdo con esta hipótesis se considera que existe un orden predecible, un orden natural más o menos invariables, que le permite al aprendiz adquirir las estructuras y reglas gramaticales de la L2.
  3. Hipótesis de la monitorización. Los procesos de aprendizaje están regulados por la capacidad del hablante para controlar y supervisar conscientemente el educto, su producción verbal. El éxito en el uso y aplicación de la capacidad de un aprendiz para evaluar su conocimiento metalingüístico depende del tiempo, el énfasis en la forma y el conocimiento de las reglas. Al respecto es importante reconocer que “un uso excesivo del monitor dificulta la comunicación; si el uso es excesivamente bajo, la actuación será defectuosa y tenderá a la fosilización. El usuario ideal es el que lo utiliza para corregir los problemas de comunicación que puedan derivarse de su interlengua, aplicando la regla que conoce”.[11]
  4. Hipótesis del input comprensible. Según esta hipótesis el aprendiz de L2 sólo podrá adquirirla cuando comprende un caudal lingüístico que contenga elementos o estructuras lingüísticas ligeramente superiores a su nivel de competencia actual. “En un principio se postuló que el input comprensible es necesario y suficiente para la adquisición, pero actualmente se descarta esta idea, puesto que se considera que también intervienen los ajustes que se realizan en el aducto y, más allá de ellos, toda la interacción discursiva. Ello ha ampliado, en los últimos años, el campo de la investigación al análisis de las modificaciones de la interacción efectuadas por los participantes, al modo en que éstas moldean el aducto y a los mecanismos de negociación del significado.”[12]
  5. Hipótesis del filtro afectivo. Según esta hipótesis la actitud del aprendiente, su estado afectivo y su estado de ánimo, sus pasiones y sus sentimientos, su voluntad y otros factores emotivos, influye positiva o negativamente en los procesos de adquisición. y de aprendizaje. Krashen afirma que la falta de motivación, una pobre autoestima, una ansiedad excesiva o cualquier otro factor estresante pueden hacer que el filtro se active y produzca un bloqueo mental que impida al “input comprensible” alcanzar el dispositivo innato de adquisición de lenguas y, por consiguiente, emplearlo en la adquisición (Krashen, 1981). En conclusión, una afectividad positiva es necesaria y fundamental para la adquisición de una segunda lengua.”[13]

En síntesis, se han revisado los principales modelos de ASL desde las perspectivas psicolingüísticas, sociolingüísticas y cognitivas, para poder explicar las dificultades que tienen los aprendices de L2 para lograr una competencia equivalente a la de un hablante nativo. Del análisis de estos modelos se puede concluir que el proceso de aprendizaje de segundas lenguas es un proceso complejo por el alto número de variables involucradas referidas al saber, al saber hacer, saber ser y saber vivir juntos. Por ello, en la planificación de un curso de L2 / LE se deben considerar todos los factores que inciden en el proceso de aprendizaje, tanto los relacionados con los estudiantes y los docentes como aquellos que se refieren al contexto educativo y sus variables institucionales, de modo que se puedan organizar y direccionar la puesta en práctica de las estrategias adecuadas para garantizar un proceso que permita al educando lograr el éxito en la adquisición de una competencia comunicativa en L2.





[1] Centro Virtual Cervantes. Diccionario de términos claves de ELE. Adquisición de segundas lenguas. Recuperado el 15 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/adquisicion.htm
[2] Centro Virtual Cervantes. Diccionario de términos claves de ELE. Psicolingüística. Recuperado el 15 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/psicolinguistica.htm
[3] Moreno, Consuelo y Piñel, Rosa. (1994) La lingüística contrastiva y el análisis de errores en la enseñanza del español a alumnos de lengua materna alemana. Recuperado el 15 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/05/05_0117.pdf
[4] Centro Virtual Cervantes. Diccionario de términos claves de ELE. Interferencia. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/interferencia.htm
[5] Aguilar López, Ana María. (2012) Influencia de la dramatización en la expresión oral de discentes universitarios extranjeros y nativos. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://hdl.handle.net/10259/195
[6] Varón López, Arturo. Fosilización y Adquisición de Segundas Lenguas (ASL). p. 118. Recuperado el 21 de septiembre de 2014 de http://human.kanagawa-u.ac.jp/gakkai/publ/pdf/no166/16609.pdf
[7] SELINKER, L. (1972): “Interlanguage” en IRAL (International Review of Applied Linguistics in Language Teaching) 10 (3) pages 209 – 231. Citado por Varón López. Op. Cit. pág. 111
[8] Centro Virtual Cervantes. Diccionario de términos claves de ELE. Distancia social. Recuperado el 18 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/distanciasocial.htm
[9] Molina Martos, Isabel. (2010) Procesos de acomodación lingüística de la inmigración latinoamericana en Madrid. Recuperado el 21 de octubre de 2014 de http://lym.linguas.net/Download.axd?type=ArticleItem&id=77
[10] Centro Virtual Cervantes. Diccionario de términos claves de ELE. Hipótesis del monitor. Recuperado el 21 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/hipotesismonitor.htm
[11] Jiménez Jiménez, María de los Ángeles. (2002 – 2003) La competencia lingüística de los alumnos de la titulación Maestro-Especialidad de Lengua Extranjera (Inglés). Estudio de casos. Recuperado el 21 de octubre de 2014 de http://hdl.handle.net/10481/4569
[12] Diccionario de términos claves de ELE. Aducto. Recuperado el 21 de octubre de 2014 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/aducto.htm
[13] Jiménez Jiménez, María de los Ángeles. (2002 – 2003) Op. Cit. pág. 38 – 39.

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