Cuando hablamos de enseñar en entornos digitales, no basta con sumar imágenes y sonidos a una lección. Enseñar con multimedia requiere comprender cómo funciona nuestra mente frente a los estímulos múltiples que nos lanza una pantalla. Y es aquí donde entra en escena la Teoría Cognitiva del Aprendizaje Multimedia (CTML, por sus siglas en inglés), desarrollada por Richard Mayer, una de las voces más influyentes en la educación contemporánea.
Mayer, psicólogo
educativo y referente mundial en el campo del aprendizaje, parte de una premisa
poderosa: aprendemos mejor cuando la información se presenta de forma coherente
a través de canales visuales y auditivos. Su teoría, lejos de ser un conjunto
abstracto de conceptos, es una guía práctica que puede ayudarnos —a quienes
enseñamos— a crear experiencias de aprendizaje más significativas, sin abrumar
a nuestros estudiantes.
Un poco de
historia, pero con sentido
La CTML no nació de la
nada. Mayer la construyó con base en dos grandes teorías:
- La teoría del doble código de Allan Paivio, que nos dice que el
cerebro humano procesa imágenes y palabras por canales distintos pero
complementarios.
- La teoría de la carga cognitiva de John Sweller, que advierte sobre los
peligros de saturar la capacidad mental del estudiante. Si sobrecargamos
su mente, lo perdemos.
Ambas teorías nos
ayudan a entender un principio básico: aprender no es solo recibir información,
sino procesarla activamente, con límites y ritmos propios.
Principios que nos
cambian la manera de enseñar
Mayer propone varios
principios que vale la pena llevar al aula (sea física o virtual). Aquí algunos
esenciales:
- Principio de multimedia: combinar texto con imágenes mejora la
comprensión. No se trata de adornar, sino de representar conceptos de
forma visual para facilitar el aprendizaje.
- Principio de contigüidad: palabras e imágenes deben aparecer
juntas, en el tiempo y el espacio. Por ejemplo, no sirve mostrar una
imagen y después explicar; hay que hacerlo al mismo tiempo.
- Principio de coherencia: menos es más. Si eliminamos información
irrelevante, ayudamos al estudiante a concentrarse en lo esencial.
- Principio de modalidad: mezclar imágenes con narración (en vez
de con texto escrito) reduce la sobrecarga cognitiva y mejora la
retención.
- Principio de redundancia: repetir el mismo contenido en varios
formatos simultáneamente puede ser contraproducente. No todo debe estar
duplicado.
- Principio de segmentación: dividir el contenido en partes pequeñas
permite al estudiante avanzar a su propio ritmo.
- Principio de preentrenamiento: introducir los conceptos clave antes del
contenido complejo prepara la mente para comprender mejor.
Diseñar para
aprender, no para impresionar
En la práctica, estos
principios se traducen en estrategias que pueden marcar la diferencia:
- Usar infografías con narraciones,
en lugar de largos textos con voz en off.
- Crear tutoriales animados que
expliquen procesos paso a paso.
- Diseñar simulaciones interactivas donde
el estudiante experimente, manipule, tome decisiones.
- Incorporar estudios de caso reales
que conecten lo aprendido con la vida fuera del aula.
Y es que enseñar
con multimedia no es solo usar tecnología...
...sino entender cómo
se relacionan el conocimiento, las emociones y la atención. La CTML nos
recuerda que el rol del maestro no es simplemente transmitir información, sino
diseñar caminos para que el estudiante la descubra, la entienda y la aplique.
Emocionar también
enseña
Un entorno multimedia
bien diseñado no solo informa: también emociona, involucra, estimula la
curiosidad. Un video que contextualiza un problema real, una animación que
dramatiza una situación, una narración que conecta con nuestras experiencias...
todo eso ayuda a que el aprendizaje cale más hondo.
Lo que esto
significa para ti, futuro maestro o maestra
Como docente en
formación, tienes la oportunidad de repensar cómo enseñas desde el primer
momento. La teoría de Mayer no es solo para expertos en diseño instruccional.
Está hecha para ti, que quieres crear clases que lleguen al corazón y a la
mente. Que sean memorables, útiles y emocionalmente significativas.
La verdad es que los
principios de Mayer no son fórmulas rígidas, sino invitaciones a observar más
atentamente cómo aprenden tus estudiantes. A preguntarte: ¿los estoy
sobrecargando?, ¿están conectando lo que ven con lo que escuchan?, ¿les estoy
ayudando a construir sentido?
Y en un mundo donde lo
digital llegó para quedarse, esta teoría se convierte en brújula. Una brújula
que, bien usada, puede ayudarte a no perder de vista lo más importante: que
enseñar es acompañar a otros a pensar por sí mismos.
Referencias
Mayer, R.
E. (2009). Multimedia learning (2nd ed.). Cambridge University Press.
Paivio, A.
(1986). Mental representations: A dual coding approach. Oxford
University Press.
Sweller, J.
(1988). Cognitive load during problem solving: Effects on learning. Cognitive
Science, 12(2), 257–285. https://doi.org/10.1207/s15516709cog1202_4
Clark, R.
C., & Mayer, R. E. (2016). E-learning and the science of instruction:
Proven guidelines for consumers and designers of multimedia learning (4th
ed.). Wiley.
Moreno, R.,
& Mayer, R. E. (2007). Interactive multimodal learning environments. Educational Psychology Review, 19, 309–326. https://doi.org/10.1007/s10648-007-9047-2
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