sábado, 12 de julio de 2025

Aprender en la era digital: una mirada didáctico-filosófica desde Gagné para la formación docente

 Aprender no es simplemente acumular información: es transformar la experiencia en comprensión, la comprensión en acción, y la acción en sentido. Desde que despertamos hasta que cerramos los ojos, aprendemos. Aprendemos al escuchar, al equivocarnos, al observar, al enseñar, al amar y hasta al dudar. Y es que el aprendizaje es el hilo invisible que entreteje nuestras decisiones, emociones y posibilidades. Para quienes se están formando como maestros, comprender el cómo y el porqué de este proceso es clave para traducir la teoría en una pedagogía viva, sensible y eficaz.

¿Qué significa aprender? Un punto de partida filosófico

Aprender, en términos básicos, es el proceso por el cual adquirimos, organizamos y aplicamos información del mundo interno y externo. Este acto profundo nos permite adaptarnos, crear, resistir y reinventarnos. En palabras de Gagné (1965), aprender es una modificación duradera en la conducta, en la disposición o en el conocimiento que surge de la experiencia. Esta perspectiva conecta el aprendizaje no solo con lo cognitivo, sino con lo afectivo, lo actitudinal y lo contextual. Aprender, entonces, no es únicamente saber más: es ser distinto.

Robert Gagné y el aprendizaje como sistema

Robert Gagné, psicólogo y pionero del diseño instruccional, aportó una visión sistémica del aprendizaje. Su propuesta no surge del vacío: nace de una experiencia concreta, intensa, marcada por la urgencia de formar soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Esta necesidad llevó a Gagné a pensar el aprendizaje como un proceso que debía ser eficaz, eficiente y replicable. Así, desarrolló una teoría basada en condiciones y eventos que permiten facilitar el aprendizaje de manera estructurada.

Gagné propuso que el aprendizaje es resultado de la interacción entre la persona y el ambiente, un cambio observable en la conducta o disposición que se mantiene en el tiempo. Esta transformación no se debe solo a la maduración biológica, sino a la experiencia y a la práctica. Aquí, la motivación cumple un papel central: es el motor silencioso que activa la atención, impulsa la repetición y facilita el recuerdo. Y es que sin motivación, no hay aprendizaje significativo.

Ocho tipos y cinco productos del aprendizaje

Una de las contribuciones más profundas de Gagné fue clasificar el aprendizaje en ocho tipos, desde el más simple (responder a señales) hasta el más complejo (resolver problemas). A partir de ellos, propuso cinco productos o resultados del aprendizaje:

  1. Habilidades motoras: automatización de movimientos físicos mediante la práctica.
  2. Información verbal: adquisición y recuperación de datos y hechos concretos.
  3. Estrategias cognitivas: habilidades para pensar, planificar y autorregular el aprendizaje.
  4. Actitudes: predisposición afectiva hacia personas, ideas o acciones.
  5. Habilidades intelectuales: discriminación, conceptos, reglas y resolución de problemas.

Esta clasificación no es una simple taxonomía: es una invitación a pensar el aula como un ecosistema donde no todo aprendizaje es igual, y donde enseñar implica saber qué tipo de aprendizaje buscamos y cómo facilitarlo.

Los Nueve Eventos de Instrucción: una ruta para enseñar con sentido

Gagné también diseñó una secuencia de nueve pasos para guiar el proceso de enseñanza-aprendizaje:

  1. Captar la atención (por ejemplo, con una pregunta provocadora).
  2. Informar los objetivos (para orientar la expectativa del estudiante).
  3. Estimular el recuerdo (activando conocimientos previos).
  4. Presentar el estímulo (introducir la nueva información).
  5. Brindar orientación (usar ejemplos, analogías, organizadores).
  6. Provocar desempeño (dar oportunidad de aplicar lo aprendido).
  7. Ofrecer retroalimentación (clara, empática, formativa).
  8. Evaluar el desempeño (coherente con el tipo de aprendizaje).
  9. Fomentar la transferencia (con actividades que conecten con la vida real).

Estos eventos no son recetas rígidas. Son guías que permiten a los docentes estructurar sus clases de forma coherente, asegurando que cada etapa del aprendizaje esté apoyada y acompañada. Implementarlos no exige tecnología avanzada ni presupuestos elevados: requiere intención, creatividad y empatía.

Modelos derivados: ADDIE y Dick & Carey

La influencia de Gagné se expandió a modelos como ADDIE (Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación y Evaluación) y Dick & Carey, los cuales permiten sistematizar el diseño instruccional desde un enfoque integral. En el contexto de la educación virtual, estos modelos ayudan a planear experiencias de aprendizaje más centradas en el estudiante, más adaptativas y más efectivas.

La verdad es que estos enfoques permiten que las decisiones pedagógicas no sean improvisadas. Por el contrario, invitan a pensar con rigor, evaluar con propósito y diseñar con humanidad. En el contexto de la formación docente, aplicar estos modelos no solo mejora la enseñanza: transforma la comprensión de lo que significa enseñar y aprender.

Para cerrar: enseñar también es aprender

Como futuros maestros, una de las mayores enseñanzas que deja Gagné es que enseñar es un acto profundamente humano. Es un proceso de diseño, pero también de intuición. De sistematización, pero también de escucha. De estructura, sí, pero también de emoción. Porque la verdad es que no hay aprendizaje sin vínculo, sin sentido, sin alguien que crea en el otro.

La tarea docente no es simplemente transferir conocimiento: es provocar transformación. Y en esa transformación, como bien dijo Paulo Freire (1996), nos transformamos también nosotros. Aprender, enseñar, diseñar instrucción… no son actos técnicos: son actos políticos, éticos y profundamente humanos.

Referencias

Bloom, B. S. (1956). Taxonomía de objetivos educativos. Nueva York: Longmans, Green.

Bruner, J. (1961). El proceso de la educación. Cambridge: Harvard University Press.

Dick, W., & Carey, L. (1996). The systematic design of instruction (4a ed.). Nueva York: Harper Collins College Publishers.

Freire, P. (1996). Pedagogía del oprimido. Madrid: Siglo XXI.

Gagné, R. M. (1965). The conditions of learning. Nueva York: Holt, Rinehart & Winston.

Mager, R. F. (1962). Preparing instructional objectives. Belmont, CA: Fearon Publishers.

Merrill, M. D. (2002). First principles of instruction. Educational Technology Research and Development, 50(3), 43–59.

Van Merrienboer, J. G. (1997). Training complex cognitive skills: A four-component instructional design model for technical training. Educational Technology Publications.

United States Air Force. (1970). Instructional System Development. AFM 50-2. Washington DC: Government Printing Office.

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