sábado, 12 de julio de 2025

Aprender haciendo, pensar sintiendo: la experiencia como brújula pedagógica

 Cuando hablamos de aprender desde la experiencia, no nos referimos simplemente a "hacer cosas". Hablamos, más bien, de una manera de habitar el aprendizaje que involucra el cuerpo, la emoción, la razón y la acción. David Kolb, psicólogo y educador, formuló en 1984 una teoría que hoy sigue vigente y poderosa: el Aprendizaje Experiencial. Su propuesta no solo nos invita a reflexionar sobre cómo aprendemos, sino también a transformar la enseñanza en un proceso significativo, vivo y profundamente humano.

Un ciclo que respira con la vida

Kolb no pensó el aprendizaje como una escalera rígida, sino como un ciclo, como una espiral viva que se alimenta de cada paso. Este ciclo tiene cuatro momentos claves:

  1. Experiencia concreta: Aprendemos con el cuerpo, con los sentidos, con el estar presente. Es cuando vivimos algo de forma directa: un experimento, una conversación, un conflicto en clase. Esta etapa es el corazón palpitante del aprendizaje.
  2. Observación reflexiva: Aquí nos detenemos, miramos hacia atrás. Pensamos en lo que pasó, en cómo nos sentimos, en lo que funcionó o no. Es una pausa para mirar con lupa.
  3. Conceptualización abstracta: En esta fase, organizamos lo vivido. Lo conectamos con teorías, conceptos, ideas más generales. Es cuando "eso que pasó" empieza a cobrar sentido dentro de un marco más amplio.
  4. Experimentación activa: Finalmente, tomamos lo aprendido y lo llevamos a nuevos contextos. Lo ponemos a prueba. Es un volver a empezar, pero con más herramientas.

Este ciclo no es una receta mágica. Es un camino que se recorre una y otra vez, con flexibilidad y apertura.

¿Y qué pasa con los estilos?

Kolb identificó que no todos aprendemos igual. Algunos necesitamos tocar, movernos, actuar (acomodadores). Otros preferimos pensar, teorizar, mirar desde lejos (asimiladores). Algunos se centran en resolver problemas concretos (convergentes) y otros en imaginar alternativas, conectar ideas (divergentes). Comprender esto no busca etiquetar, sino abrir posibilidades: como docentes, podemos ofrecer múltiples entradas al conocimiento.

El aula como laboratorio vivo

La teoría de Kolb no es una joya de museo; es una herramienta de trabajo. En el aula, podemos diseñar experiencias que sigan el ciclo experiencial: invitar a los estudiantes a vivir situaciones reales o simuladas, reflexionar sobre ellas, construir explicaciones y luego aplicar lo aprendido.

Por ejemplo, en una clase de pedagogía, podemos presentar un dilema ético real que una maestra podría enfrentar, discutirlo, leer teorías relacionadas y finalmente pedir a los estudiantes que diseñen una solución para una situación similar. Así, teoría y práctica dejan de estar separadas como agua y aceite.

¿Por qué nos toca el corazón esta teoría?

Porque nos reconoce como personas completas. No somos solo cerebros sentados frente a una pantalla. Somos seres emocionales, sociales, creativos. Y aprender, cuando se hace bien, moviliza todo eso. La verdad es que cuando aprendemos con el cuerpo y el corazón, lo que aprendemos se queda con nosotros. Nos cambia.

Algunas críticas… y una invitación

Claro que hay críticas. Algunos dicen que es difícil aplicar este modelo con grandes grupos, que no todos encajan en los estilos, o que no siempre hay tiempo para cada fase del ciclo. Y es cierto. Pero más que seguirlo como un dogma, Kolb nos invita a pensar, a diseñar, a intencionar el aprendizaje como un proceso activo, reflexivo y situado.

Un llamado a los docentes en formación

Querida maestra, querido maestro en formación: la teoría del aprendizaje experiencial no es solo una herramienta pedagógica. Es también una filosofía de vida. Enseñar desde la experiencia implica confiar en los estudiantes, en su capacidad de aprender haciendo, de pensar desde lo vivido, de sentir mientras construyen conocimiento.

No necesitas tener todas las respuestas. Lo que sí necesitas es crear experiencias que inviten a preguntar, a explorar, a equivocarse y volver a intentar. Como dijo Kolb (1984), “el aprendizaje es el proceso por el cual el conocimiento se crea a través de la transformación de la experiencia”.

Referencias

Kolb, D. A. (1984). Experiential learning: Experience as the source of learning and development. Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.

Dewey, J. (1938). Experience and education. New York: Macmillan.

Piaget, J. (1972). The psychology of the child. New York: Basic Books.

Lewin, K. (1946). Action research and minority problems. Journal of Social Issues, 2(4), 34–46.

Acosta, V. R. (2022). Fundamentos de educación y aprendizaje experiencial. Bogotá: Ediciones Pedagógicas.

Serna García, G. (2023). Aprendizaje experiencial. México: Trillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer tu opinión