La educación virtual, aunque se apoya en pantallas, plataformas y tecnologías, en el fondo es una relación humana: entre quien aprende y quien enseña. Y es en este vínculo donde Michael G. Moore propuso una de las ideas más influyentes para entender cómo ocurre —o cómo se obstaculiza— el aprendizaje a distancia: la teoría de la distancia transaccional.
Esta teoría,
desarrollada desde los años 70 y consolidada en 1997, no habla solo de cuántos
kilómetros separan a docente y estudiante. La “distancia” que le interesa a
Moore es psicológica y comunicativa, es decir, cuánto se comprenden
realmente quienes participan en una experiencia de aprendizaje a pesar de estar
físicamente lejos (Moore, 1997).
🌐 Tres elementos que transforman la distancia en
cercanía
Moore nos invita a
imaginar tres factores que están en juego en cualquier experiencia de educación
virtual:
- El diálogo: se refiere a las interacciones,
preguntas, respuestas, retroalimentaciones y conversaciones entre quien
guía y quien aprende. Cuando hay diálogo, hay escucha, hay presencia,
aunque no compartamos un mismo espacio físico.
- La estructura: es el diseño del curso, el nivel de
rigidez o flexibilidad en los contenidos, las evaluaciones, los tiempos.
Un curso muy estructurado con poca interacción puede aumentar la distancia
transaccional.
- La autonomía del estudiante: es la capacidad que tiene quien aprende
para tomar decisiones sobre su propio proceso: qué aprender, cómo
aprender, cómo evaluar su avance. A mayor autonomía, más posibilidades de
aprender incluso en contextos con poca interacción directa.
En otras palabras,
cuando hay diálogo frecuente y una estructura flexible, la
distancia transaccional se reduce. Pero si la estructura es rígida y el diálogo
es escaso, entonces se requiere que el estudiante tenga alta autonomía
para lograr aprender (European Distance and E-Learning Network, 2006).
💡 ¿Y cómo se aplica esto en nuestra práctica
pedagógica cotidiana?
Imaginemos que somos
docentes en formación diseñando un curso virtual. Si sabemos que nuestras y
nuestros estudiantes necesitan acompañamiento constante, lo mejor será crear
espacios de diálogo frecuentes, como foros, videollamadas o chats activos. Pero
si identificamos que son personas con alta autonomía, podemos organizar un
curso más estructurado y dejar que gestionen su aprendizaje con mayor libertad.
Así, Moore nos
recuerda que la clave está en diseñar pensando en las personas, no solo
en los contenidos. Y que enseñar en la virtualidad no significa simplemente
“subir cosas” a una plataforma, sino construir puentes comunicativos que
acorten la distancia emocional y cognitiva entre quienes enseñan y quienes
aprenden.
🧠 ¿Qué dicen otras miradas sobre esta teoría?
Algunos estudiosos,
como Yiannis Giossos (s.f.), han señalado que la teoría de Moore no siempre
puede comprobarse empíricamente. Esto no significa que sea inválida, sino que
pertenece a un enfoque más abierto y realista, donde lo importante es explicar
fenómenos complejos, no necesariamente predecirlos con fórmulas exactas.
En contextos como la educación, donde influyen tantas variables humanas, esta
postura resulta sensata y profundamente humana.
Lo interesante es que,
aunque haya debates sobre su interpretación, la utilidad práctica de la
teoría sigue vigente. Nos ofrece una brújula para no perder de vista lo
esencial: el sentido humano de la educación, incluso cuando ocurre a través de
una pantalla.
🧭 Conclusión
La teoría de la
distancia transaccional de Moore no nos da recetas, pero sí nos entrega una
forma de mirar críticamente cómo diseñamos, facilitamos y acompañamos
procesos de aprendizaje en entornos virtuales. Es una herramienta filosófica y
práctica para maestras y maestros que desean educar con presencia, a pesar
de la distancia.
Porque al final, lo
que verdaderamente acorta las distancias no es la tecnología, sino el diálogo
auténtico, la escucha activa, y el reconocimiento del otro como
ser autónomo y valioso.
📌 Referencias
European
Distance and E-Learning Network (EDEN). (2006). Theory and theorists:
Michael G. Moore. Evolution of Theory of Transactional Distance. Recuperado
de http://www.eden-online.org
Giossos, Y.
(s.f.). Reconsidering Moore’s Transactional Distance Theory. European
Journal of Open, Distance, and E-learning. Recuperado de http://www.eurodl.org/?article=374
Moore, M.
(1997). Theory of Transactional Distance. En D. Keegan (Ed.), Theoretical
Principles of Distance Education (pp. 22–38). Routledge. http://www.aged.tamu.edu/research/readings/Distance/1997MooreTransDistance.pdf
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