viernes, 30 de junio de 2017

El español y sus variedades (Trabajo final)

INTRODUCCIÓN

Considerar el hecho de convertirse en profesor de lengua española como un segundo idioma o idioma extranjero significa considerar el hecho de que, según el anuario 2012 del Instituto Cervantes 'El español en el mundo', somos más de 495 millones de usuarios quienes lo usamos para expresar nuestras emociones, ideas, pensamientos sentimientos.
Es considerar que a pesar de la unidad lingüística de nuestro idioma, existen tantas y variadas diferencias que manifiestan unos rasgos peculiares de acuerdo a la comunidad de hablantes que lo usan. En consecuencia y como lo afirma Rosa Vila (1988: 55): “Al que aprende español-lengua extranjera, hay que exponerle la mayor cantidad posible de sociolectos para estimular su competencia lingüística. Sólo habrá que tener en cuenta el grado de aprendizaje del alumno y sus necesidades y objetivos. En aquellos casos en que la meta del aprendizaje está muy bien delimitada, puede bastarle la enseñanza de un solo sociolecto, aunque siempre le será útil que adquiera competencia pasiva en otros.”
Sin embargo, no se puede delimitar el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestro idioma como lengua extranjera en función de las variedades socioculturales o diastráticas, de las diferentes formas de usar una lengua según el nivel de instrucción de los hablantes; es necesario también tener en cuenta también las variedades funcionales o diafásicas, determinada por el contexto de uso que caracteriza los distintos registros de lengua de acuerdo a la situación de comunicación.
Nuevamente es Rosa María Vila (1988: 56), quien se encarga de recordar que “es preciso seleccionar en cada nivel de aprendizaje y según los objetivos del mismo, cuáles son los estilos más adecuados, entre el más formal y el más descuidado, sin olvidar los estilos propios de grupos biológicos y profesionales. Todo ello sin menoscabo que el alumno de lengua española-lengua extranjera debe adquirirlos todos en beneficio de su competencia comunicativa. Cualquier proceso de aprendizaje que tienda a dotar de máxima competencia comunicativa deberá proporcionar de manera progresiva mayor número de estilos.”
Queda claro entonces la variedad diastrática condiciona la variedad diafásica, por ejemplo un hablante que posee un nivel culto de dominio lingüístico estará en capacidad de usar un registro coloquial, formal, familiar, especializado, elaborado, espontáneo, etc., de acuerdo a la situación de comunicación en la que se halle inmerso, mientras que un hablante con un nivel de dominio vulgar se expresará del mismo modo, pues es el único registro que conoce, independientemente del ambiente comunicativo en el que interactúe.
No hay que olvidar que dichos registros y niveles lingüísticos o sociolectos están condicionados por las variedades geográficas o diatópicas, por el uso lingüístico que se emplean en un determinado territorio. El origen geográfico determina rasgos lingüísticos particulares, es decir, que un estudiante que entienda cómo funcionan los fenómenos sociales y situacionales relacionados con el lenguaje podrá estar en capacidad de entender fenómenos internos al sistema, relativas a cuestiones de pronunciación, lexicología, morfosintaxis.
Se trata entonces de hacer que el estudiante de ELE tome conciencia de los diversos factores que condicionan el uso de la lengua ya que son determinantes para el logro de una competencia comunicativa. Sin embargo, como lo afirman Zanón y Hernández (1990), “Si intentamos «enseñar» a nuestros alumnos a comunicarse en español… no bastará con exponerles a las formas correctas y apropiadas pragmáticamente. Es decir, no bastará con que dominen los contenidos de comunicación, sino que deberán tener la oportunidad de aplicar sobre esos contenidos los procesos «reales» que los convierten en verdaderamente comunicativos.”

VARIEDADES DEL ESPAÑOL
El hecho de que seamos más de 495 millones de usuarios los que usamos la lengua española hace que exista una amplia variedad lingüística. El objeto del presente trabajo es plasmar algunas de ellas atendiendo a las variaciones descritas anteriormente, a saber: diafásica o funcional, diastrática o social, diatópica o geográfica; mediante unos diálogos que reproduzcan fielmente el uso que del lenguaje hacemos los hispanohablantes.
A continuación se presentan los diálogos junto con el análisis de las intervenciones de cada persona.

·         Diálogo 1
Marta, una chica madrileña, tiene problemas con su pareja y pide consejos a sus amigos, Luis un chico matritense y Sara, cuya nacionalidad es argentina. Los tres tienen la misma edad, veinte años y con  un nivel de instrucción sociocultural medio.

-Luis: ¿Qué es lo que pasa? Joder, me has asustao con el mensajito peliculero que nos has mandao.
-Marta: Es que no os imagináis lo que me ha pasado… (Con voz quebrada) El majadero de Tomás me ha puesto los tochos… (Limpiándose las mejillas) pero a mí me la trae fresca.
-Sara: ¡Zha, Tranquilísate! Que a ese le faltan caramelos en el frasco.
-Marta: Es que hoy ya es demasiao. Me ha pillao por sorpresa.
-Luis: ¡No te rayes! Cuéntanos lo que os ha pasao.
-Marta: Ese tonto es un pipa que no está bien del tarro.
-Sara: Pará un poco, me parese que vos estabas a full con él. Se veía bien lindo.
-Marta: Pues sí, que me hace sentir frustrada y ansiosa de no estar a la altura de lo que espera de mí. Por eso, se ha pillao un cabreo porque siempre hago lo mismo.
-Luis: ¿De qué va todo esto? Es que es muy poco el tiempo que pasáis juntos.
-Marta: ¿Estás seguro? Claro que si nos vemos, pero…
-Sara: Pero, pareciera que vos no le das ni bola al pibe ese. Déjate de quemar la cabeza, ¿te va?
-Luis: ¿Sabes qué? Es solo sexo no dejes que te ganen tus inseguridades y miedos… ¡Coño! Que pasáis más tiempo con nosotros que con el tal Tomás.
-Marta: Vaya que no me explico… ¿Creéis que este siendo acosada?... Me molesta… ¿Qué hago con este tío?
-Luis: Venga hombre que tan poco suena tan grave. Termina con él, ¡sé valiente!
-Marta: ¡Tenéis razón!

Análisis de la variedad diastrática
Esta es una situación comunicativa en la que las características sociales y personales configuran el sentido del discurso, y lo que se comunica en función del nivel de instrucción sociocultural y el sexo.
En este caso, Luís por estar interactuando con dos mujeres se ve obligado a respetar los turnos de palabra, cualidad netamente femenina. Sin embargo, algunas veces suele pasar por alto lo que sus amigas comunican para enfatizar en su punto de vista: “¿Sabes qué? Es solo sexo no dejes que te ganen tus inseguridades y miedos…” “Venga hombre que tan poco suena tan grave. Termina con él, ¡sé valiente!”
En esta última intervención, él demuestra que ya se ha hablado lo suficiente sobre el tema en cuestión y es momento de saltar a otro tema de conversación, lo cual es aceptado por Marta al expresar “tenéis razón”.
Además del sexo, la edad es un factor que también determina algunos patrones lingüísticos o tendencias, por ejemplo:
(a) uso de términos indefinidos: “me has asustao con el mensajito peliculero”… “me parese que vos estabas a full con él.”
(b) usar términos argóticos y jergales propios de la juventud: tanto Marta como Sara usan modalidades de habla propias de la comunidad de jóvenes de sus países de origen para comunicar sus emociones, ideas, pensamientos o sentimientos. Es propio que Marta diga expresiones como: “El majadero de Tomás me ha puesto los tochos… pero a mí me la trae fresca… Ese tonto es un pipa que no está bien del tarro… se ha pillao un cabreo…” mientras que Sara recurre a enunciados tales como: “Que a ese le faltan caramelos en el frasco… vos no le das ni bola al pibe ese…”
Es de anotar que estos sociolectos, de acuerdo con Romaine (1996:105), desarrollan comportamientos lingüísticos que tienden a establecer redes menos estables, ya que a medida que crecen nuevas generaciones cada comunidad juvenil va expandiendo cambios lingüísticos debido no sólo a la edad o el sexo sino a las condiciones culturales, económicas, políticas y sociales que contextualizan su desarrollo humano.
Por esta razón, se puede afirmar que el código lingüístico que usan estos tres jóvenes es un código restringido, que denota el uso de un lenguaje sencillo y pobreza en el dominio de las estructuras sintácticas, debido al número limitado de vocablos y el poco o escaso uso de relaciones semánticas de sinonimia.
El reconocimiento de las variables diastráticas lleva al aprendiz de español como lengua extranjera a reconocer que nuestra lengua como las otras lenguas naturales no es homogénea y que existen diferentes comportamientos lingüísticos o normas de acuerdo al nivel de instrucción sociocultural de los hablantes y las situaciones comunicativas planteadas. Por lo tanto, aunque se estudie una sola norma se debe desarrollar sus destrezas, habilidades para comprender los otros comportamientos lingüísticos que tengan los hispanohablantes.
Análisis de la variedad diatópica
Se hace necesario considerar las variantes en la forma de hablar una misma lengua debido a la distancia geográfica que separa a los hablantes. Se analizan en este aparte algunas características particulares de las variedades diatópicas correspondientes al español de América. En consecuencia, se pueden observar rasgos lingüísticos comunes entre la forma de hablar de Sara y María, por ejemplo:
(a) Seseo: no existe diferencia en la pronunciación de s y z, c, siendo pronunciadas todas como una /s/. Por ejemplo: hasemos, importansia, resien, quinse, tranquilisate, parese, paresiera.
(b) Yeísmo: no se diferencia la pronunciación de y y ll. Por ejemplo: yevamos. En el caso de Sara ese yeísmo es rehilado: “zha”.
En la producción lingüística de Sara se aprecia el uso de extranjerismos, producto de la proximidad geográfica y relaciones culturales, económicas y sociales mantenidas con Brasil: pibe < pibete, “muchacho”.

·         Diálogo 2
Es una conversación entre una mujer mejicana de nivel sociocultural medio, que tiene 35 años de edad y Pedro, un hombre riojano de 40 años de edad cuyo nivel sociocultural es bajo. Ellos discuten sobre una cuestión doméstica.

-María: Hola.
-Pedro: Hola cielo. ¿A qué viene ese cambio?
-María: ¿Hace cuánto que tú y yo no hasemos el amor?
-Pedro: Venga mujer no seas rancia. Solo es una racha, las rachas pasan.
-María: No tiene importansia para ti. ¿Por qué? Porque ya no estamos resién casados.
-Pedro: ¿Qué os pasa? Estás más atacada de lo habitual.
-María: Yevamos quinse años de matrimonio y yo ya no te importó para nada, no te intereso como mujer.
-Pedro: A todo le buscas una segunda intención. ¡Joder! Que ya no tenemos edad.
-María: No entiendes. Tú a mí ya no me tocas.
-Pedro: ¡Estás loca, joder, estás loca!
-María: Seguramente tienes cosas muchos más importantes en que pensar. Pedro, ¿tú me amas todavía?
-Pedro: ¿A ti te parece normal esta situación? El amor es una puta enfermedad…
-María: Entonses, todo el tiempo que hemos vivido tú y yo solo son un montón de años…
-Pedro: A ver si me estoy enterando bien porque a lo mejor soy un poquito obtuso… ¿Estáis insinuando lo que creo que estáis insinuando?
-María: ¿Por qué siempre evades hablar de nosotros? ¿Por qué no quieres hablar de ti y de mí?...

Análisis de la variedad diafásica
Como se puede ver es una situación comunicativa de carácter familiar en la que los interlocutores tienen una relación afectiva. Sin embargo, la manera en que asumen el problema que los afecta como pareja al momento de expresar sus emociones, ideas, pensamientos y sentimientos se manifiesta en dos registros distintos sin que haya problemas de comprensión en la codificación y descodificación del mensaje. Ella por su nivel socio cultural usa un lenguaje que denota un grado medio de conocimiento del idioma, configurando un registro formal, elaborado de carácter familiar para manifestar su deseo de no sentirse amada luego de quince años de matrimonio. Por ejemplo, cuando afirma: “Llevamos quinse años de matrimonio y yo ya no te importó para nada, no te intereso como mujer.”
Él, por su parte, demuestra escaso dominio de la lengua, razón por la que su registro lingüístico es coloquial. Esto se nota en el uso de expresiones como: “Venga mujer no seas rancia. Solo es una racha, las rachas pasan”… “¿Qué os pasa? Estás más atacada de lo habitual.”
Se puede ver en esta unidad conversacional, los turnos de habla se dan de manera sucesiva y predictiva. Inicialmente es un hola por parte de ella en tono de indiferencia o reproche, al que su marido responde con una respuesta esperada por parte de ella, el reconocimiento de que algo ha cambiado.
Ella continúa hablando en un tono muy solemne y recurre al eufemismo de hacer el amor para interrogar a su esposo sobre la escasa frecuencia con que tienen relaciones sexuales. Situación a partir de la cual se construyen pares adyacentes en torno a formulación de preguntas o reproches por parte de ella que generan en él segundas partes prioritarias de conformidad y aceptación a los juicios que ella comunica.
Se percibe que ella ha pensado mucho en lo que está sucediendo en su matrimonio, de manera que puede haber planificado su discurso, dejándolo a él en presencia de una situación comunicativa que no le es próxima a su sentir, que lo invita a tomar distancia y usar un lenguaje muy coloquial con el que parece demostrar que acepta los reproches de su esposa: “¡Estás loca, joder, estás loca!... ¿A ti te parece normal esta situación? El amor es una puta enfermedad…”
Él transgrede claramente la máxima de cantidad, no es capaz de decir lo justo: “¡Estás loca, joder, estás loca!”; la máxima de calidad, no es sincero con su esposa: “Venga mujer no seas rancia. Solo es una racha, las rachas pasan”; la máxima de relación, sus ideas no son relevantes para la solución del problema: “¿A ti te parece normal esta situación? El amor es una puta enfermedad…”
Faltas de respeto al principio de cooperación, que hacen que ella reafirme la información de carácter implícito que venía suponiendo frente a la lejanía y ausencia de su marido.
Se finaliza este análisis conversacional, afirmando que el conocimiento de las variedades funcionales o diafásicas, que se usan de acuerdo a las situaciones de comunicación le permite al estudiante de ELE estar familiarizado con los distintos registros lingüísticos de la lengua española y ampliar sus posibilidades de desarrollar su competencia comunicativa, y por lo tanto, su capacidad para participar en diferentes actos comunicativos.

·         Diálogo 3
En esta conversación un profesor de Canarias de 55 años y un joven cubano de 23 años dialogan sobre una cuestión académica. Ambos de un nivel de instrucción sociocultural alto.
-Profesor: López, ¿tendríah unoh minutoh para conversar?
-Alumno: Sí, claro, dígame profesor Machado.
-Profesor: El caso es que quería recordarte que la asihtensia eh obligatoria, y tú estáh faltando bahtante a clase durante el último meh.
-Alumno: Claro que lo sé. Uhted lo explicó al comensar ehte curso. El problema eh que ehtoy con el proyecto de investigasión y lah últimah veses el tutor mío me sitó en el mihmo horario de la clase suya.
-Profesor: Ya le comprendo, pero no debeh faltar mah a mih claseh porque si no voy a tener que reprobarte. Tienes que organisar el horario con tu tutor, así podrah asistir a mih claseh.
-Alumno: Profesor, yo puedo ehtudiar su materia poh cuenta mía pohque el tutor mío no tiene otro horario dihponible.
-Profesor: El problema no eh que ehtudieh por tu cuenta. Recuerda que ehta es una asignatura teórico-práctica y nesesitas haceh demohtrasiones de lo que vas comprendiendo.
-Alumno: Tiene uhted razón. Iré a hablar con él para no afectar mi rendimiento académico.
-Profesor: Bueno así ehpero, nos vemos en la siguiente clase.
-Alumno: Grasias profesor.
-Profesor: De nada, que te valla bien.

Análisis de variedades
(a) Variedad diafásica: Esta conversación se refiere a una situación académica que ocurre en una institución educativa, por lo tanto, se relaciona con hechos relacionados al proceso de enseñanza y aprendizaje y los factores que en ellos intervienen.
El canal que se usa para comunicar el mensaje es el oral, por lo tanto, el discurso es poco planificado y se va construyendo espontáneamente en la medida en que interactúan los sujetos inmersos en el proceso. El tono de su comunicación manifiesta un grado de formalidad solemne, que se identifican a través del uso de un lenguaje cortes y objetivo por parte de ambos sujetos, entre los que media una relación de docente – estudiante.
De ahí, que no se dé lugar a implicaturas conversacionales ya que ambos hablantes respetan el principio de cooperación y cumplen con las máximas de cantidad (se dice lo justo), de cualidad (el estudiante es sincero ante los cuestionamientos de su profesor), de relación (el mensaje comunicado es relevante para ambas personas) y de modo o manera (hay claridad en la información que se comunica).
Esta cortesía positiva permite a ambos hombres sentir respeto, solidaridad y empatía ante lo que se expresa, en consecuencia, los turnos de palabra son sucesivos y alternados. Luego del primer turno en el que se pregunta y se emite un juicio hay segundas partes prioritarias que denotan aceptación y respuestas esperadas respecto a lo dicho por el maestro.
(b) Variedad diastrática: Al haber una relación de jerarquía maestro – estudiante, se percibe que hay un respeto en el turno de palabra y el alumno se ve obligado a unir lo que dice su mensaje con lo que ha dicho su profesor para llevar el hilo conductor que origina la conversación. De esta manera, la conducta lingüística de ambos hombres se fundamenta en una negociación que le permita a cada uno mantener su rol dentro del orden social en que ocurren los hechos: “yo soy el maestro”, “usted es el estudiante y debe cumplir con sus compromisos académicos”.
Para expresar sus ideas, pensamientos ambos usan un vocabulario propio de una variedad lingüística estándar, propia de su nivel de instrucción sociocultural alto; así mismo reflejan la construcción de un código elaborado en el que se respeta el orden gramatical y se organiza adecuadamente la información, dando lugar a una transmisión explicita de significados.
(c) Variedad diatópica: En la producción lingüística de ambos hablantes se pueden percibir las siguientes características:
·         Seseo
·         Aspiración, debilitamiento y pérdida de consonantes en posición final de sílaba.

Reflexión final
La formación como profesor de ELE significa reconocer las variedades de español y estar abiertos a las múltiples posibilidades de explotación didáctica que pueden suceder en el aula de clases cuando se presentan a los estudiantes para su análisis y comprensión, ya que el fin último del proceso de enseñanza y aprendizaje es desarrollar las habilidades comunicativas en el aula de clases tanto a nivel oral como escrito, con el objeto de que cada estudiante aprenda a afrontar las exigencias de comunicarse eficazmente en situaciones de habla específica que resaltan el por qué, el dónde, el cuándo, el con quién y el cómo (aspectos sociolingüísticos y pragmáticos del lenguaje).
Se trata de llevar a cabo un proceso académico en el que los estudiantes puedan comprender que a pesar de la unidad lingüística de nuestro idioma español, existen diversidades lingüísticas sujetas a variedades diafásicas (situación comunicativa), diastráticas (factores socioculturales) y diatópicas (contexto geográfico), de esa manera al tener conocimiento de los diferentes comportamientos lingüísticos de los hispanohablantes pueden interpretar la manera como ocurren las interacciones verbales, se comprende y negocia el significado a través del uso de las estructuras sintácticas adecuadas.


BIBLIOGRAFIA

Moreno Fernández, F. (2010). Las variedades de la lengua española y su enseñanza. Madrid, España: Editorial Arcos.

Vila, R. (noviembre de 1988). Las variantes lingüísticas en la enseñanza de español como lengua extranjera. Cable (02), p. 53 – 57.


Zanon, J. y Hernández, M. J. (1990). La enseñanza de la comunicación en la clase de español. Recuperado el 1° de febrero de 2015 de http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/enfoque02/hernandez_zanon02.htm

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