La enseñanza de idiomas requiere diseños curriculares que promuevan una comunicación efectiva y significativa. Este documento aborda tres aspectos esenciales en este contexto: la focalización, la elección y la sistematización del código, con el objetivo de garantizar que los materiales didácticos no solo faciliten la adquisición del idioma, sino también motiven al estudiante y fomenten su participación activa.
La focalización en la tarea comunicativa
La focalización debe centrarse en la tarea comunicativa y no exclusivamente en la lengua. Este enfoque resalta que el idioma es un medio para interactuar y no un fin en sí mismo. Para lograrlo, las tareas deben reflejar situaciones auténticas de comunicación y permitir a los estudiantes practicar el idioma en contextos reales. No obstante, un desafío recurrente es equilibrar este enfoque con la atención necesaria a los aspectos formales del idioma. Según Swain (1985), mediante la "focalización metodológica", es posible integrar elementos gramaticales en las tareas sin comprometer su naturaleza comunicativa.
Por ejemplo, diseñar actividades donde los estudiantes deban redactar un correo electrónico formal les permite practicar estructuras gramaticales específicas mientras mantienen un propósito comunicativo claro. Esto fomenta una conciencia gramatical equilibrada con la fluidez. Además, es crucial que el docente intervenga de manera que promueva la comunicación auténtica sin desviar el enfoque hacia la forma lingüística, asegurando que las tareas sean relevantes y atractivas.
La elección como herramienta de motivación y autenticidad
La posibilidad de elección en el aprendizaje contribuye significativamente a la motivación y autenticidad de las interacciones. Este concepto se descompone en dos dimensiones principales:
Elección del contenido y tipo de tarea: Los estudiantes deben tener la oportunidad de seleccionar temas que sean significativos para ellos. Por ejemplo, permitirles elegir entre preparar una presentación sobre un hobby personal o un tema de interés global.
Elección del enfoque y herramientas: Brindar libertad para decidir cómo completar una tarea, como elegir entre realizar una grabación de audio, un video o un texto escrito, favorece la creatividad y el pensamiento crítico.
Diversos estudios han demostrado que esta autonomía mejora la calidad de las producciones lingüísticas y el compromiso de los estudiantes con el aprendizaje (Deci & Ryan, 1985). Además, la imprevisibilidad de las respuestas generadas refuerza la negociación de significado, un elemento clave en la adquisición del idioma.
La sistematización del código lingüístico
El código lingüístico debe ser presentado como una herramienta para la comunicación, en lugar de como un conjunto de reglas desvinculadas de su aplicación práctica. Esto implica diseñar materiales que relacionen los exponentes lingüísticos entre sí y promuevan su reutilización en diferentes contextos. La integración contextual y selectiva es especialmente eficaz, ya que permite que los estudiantes conecten nuevos conocimientos con su sistema previo y los apliquen en situaciones diversas.
Por ejemplo, en una actividad donde los estudiantes describen sus rutinas diarias, se puede enfatizar el uso de tiempos verbales específicos como el presente simple. Posteriormente, estos mismos exponentes se pueden extender a contextos laborales o académicos. Este enfoque asegura que el aprendizaje sea significativo y funcional.
Conclusión
La implementación efectiva de estrategias que integren la focalización, la elección y la sistematización del código puede transformar el proceso de enseñanza y aprendizaje de idiomas. Al centrarse en la comunicación auténtica, fomentar la autonomía del estudiante y estructurar el código lingüístico de manera práctica, se contribuye al desarrollo de habilidades lingüísticas sostenibles y relevantes.
Referencias
Deci, E. L., & Ryan, R. M. (1985). Intrinsic Motivation and Self-Determination in Human Behavior. Springer.
Swain, M. (1985). Communicative competence: Some roles of comprehensible input and comprehensible output in its development. Input in Second Language Acquisition, 15(1), 235-253.
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