jueves, 7 de agosto de 2025

El Marco Europeo, las Competencias en Inglés y el Enfoque CLIL: Claves para Transformar el Aprendizaje de Lenguas en Colombia

 Para mejorar la calidad de la enseñanza del inglés en Colombia, el Ministerio de Educación Nacional consideró fundamental apoyarse en un referente internacional sólido. Y es que, en un mundo globalizado, dominar una segunda lengua —como el inglés— no es solo una ventaja competitiva: es una necesidad para abrir puertas al conocimiento, al trabajo y a nuevas formas de vivir y pensar.

Con este propósito, se adoptó el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER), una herramienta ampliamente reconocida en el ámbito educativo y lingüístico a nivel mundial. Este marco describe de forma detallada los niveles de competencia lingüística que una persona puede alcanzar, desde los niveles más básicos hasta los más avanzados. Y lo mejor: lo hace de forma clara, progresiva y aplicable a múltiples contextos.

¿Qué significa cada nivel del MCER?

El Marco Común Europeo divide la competencia lingüística en seis niveles, agrupados en tres grandes categorías:

  • Usuario básico (A1 y A2): En este nivel, el estudiante puede comprender y usar expresiones sencillas, presentar información personal básica, y desenvolverse en tareas cotidianas, como hacer compras o describir su entorno inmediato. Es como tener una caja de herramientas esencial para sobrevivir en un entorno donde se habla inglés.
  • Usuario independiente (B1 y B2): Aquí, el usuario ya puede comprender ideas principales en textos claros, interactuar con hablantes nativos con cierta fluidez, y expresar opiniones sobre temas conocidos. En este punto, el inglés ya no es solo una asignatura: es una vía real de comunicación.
  • Usuario competente (C1 y C2): Estos niveles son los más altos. Permiten comprender textos complejos, reconocer significados implícitos, y expresarse con precisión, fluidez y naturalidad incluso en contextos profesionales o académicos exigentes. En resumen, aquí el inglés se convierte en una herramienta de pensamiento, análisis y creación.

La verdad es que, al establecer estos niveles como referentes para estudiantes y docentes, Colombia da un paso firme hacia la excelencia educativa. Se espera, por ejemplo, que los egresados de programas de licenciatura en lenguas alcancen al menos un nivel C1, mientras que los docentes de inglés deberían tener un B2 como mínimo. Esto no solo mejora la calidad de la enseñanza, sino que también fortalece la equidad en el acceso a oportunidades.

Competencias clave para enseñar y aprender inglés

Ahora bien, para aprender un idioma no basta con memorizar listas de palabras o estudiar gramática de forma aislada. Según los Estándares Básicos de Competencias en Lenguas Extranjeras del Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2006), es fundamental desarrollar tres tipos de competencias esenciales:

  1. Competencia lingüística: Se refiere al conocimiento del sistema de la lengua: vocabulario, fonética, gramática, ortografía. Es como aprender a usar correctamente las piezas de un rompecabezas.
  2. Competencia pragmática: Tiene que ver con cómo usamos esas piezas para construir mensajes coherentes, apropiados y significativos en contextos reales. Aquí entran en juego habilidades como organizar ideas, conectar frases y emplear el lenguaje con propósito.
  3. Competencia sociolingüística: Implica entender los factores sociales y culturales que rodean al idioma. No es lo mismo hablar con un amigo que con un profesor, ni es igual conversar en un café de Londres que en una sala de reuniones en Nueva York. Esta competencia nos enseña a “leer el ambiente” lingüístico.

¿Aprender o adquirir una lengua? Una mirada desde la teoría

El lingüista Stephen Krashen (2009) plantea una distinción clave: aprender un idioma no es lo mismo que adquirirlo. El aprendizaje se da de forma consciente, cuando estudiamos reglas y estructuras. En cambio, la adquisición ocurre de manera más natural y espontánea, casi sin darnos cuenta —como cuando los niños aprenden a hablar.

Y es que, según Krashen, los adultos también pueden adquirir un idioma de forma subconsciente, sin depender exclusivamente de ejercicios gramaticales o correcciones. Por eso, estrategias de enseñanza que promueven el uso real del idioma, en contextos auténticos y significativos, suelen ser mucho más efectivas.

El enfoque CLIL: aprender inglés mientras se aprende otra cosa

Aquí entra en juego un enfoque pedagógico cada vez más reconocido: el Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras (CLIL, por sus siglas en inglés). Este término, acuñado por David Marsh (1994), propone que es más eficaz aprender un idioma extranjero mientras se estudian otras materias —como ciencias, historia o arte— en lugar de enseñar el idioma de forma aislada.

CLIL no es solo una metodología: es una forma de pensar el aprendizaje de lenguas desde una perspectiva integradora, vivencial y significativa. De hecho, según Do Coyle (2002), este enfoque se apoya en cuatro principios fundamentales:

  1. El contenido es el corazón del aprendizaje. No se trata solo de aprender inglés por aprenderlo, sino de usarlo para comprender el mundo.
  2. El lenguaje es una herramienta de pensamiento y comunicación. Se aprende mientras se usa, en contextos reales y funcionales.
  3. Debe implicar un reto cognitivo. Los estudiantes necesitan pensar, resolver problemas y construir conocimiento, no solo repetir frases.
  4. Fomenta la conciencia multicultural. Aprender una lengua es también abrirse a otras culturas, perspectivas y formas de vida.

Estos principios hacen del CLIL una propuesta poderosa, especialmente en contextos educativos donde se busca formar ciudadanos críticos, plurilingües y culturalmente conscientes.

Conclusión: construir un bilingüismo con sentido

En síntesis, el uso del Marco Común Europeo, el desarrollo equilibrado de competencias lingüísticas, y la implementación de enfoques integradores como CLIL representan un camino claro hacia una educación más equitativa, significativa y conectada con el mundo. Y es que aprender una lengua no es solo aprender palabras: es abrirse a nuevas formas de ver, sentir y actuar.

Referencias

Coyle, D. (2002). Content and Language Integrated Learning: Motivating learners and teachers. CILT.

Krashen, S. (2009). Principles and Practice in Second Language Acquisition. Pergamon.

Marsh, D. (1994). Bilingual education & Content and Language Integrated Learning. University of Sorbonne.

Ministerio de Educación Nacional. (2006). Estándares Básicos de Competencias en Lenguas Extranjeras: Inglés. MEN.

Consejo de Europa. (2001). Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza, Evaluación. Instituto Cervantes/Oxford University Press.

 

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