jueves, 7 de agosto de 2025

La Licenciatura en Educación Bilingüe: Una Respuesta Integral a los Retos Lingüísticos y Culturales del Siglo XXI

 En la actualidad, hablar más de una lengua no es solo una habilidad útil, sino una verdadera necesidad. En regiones como la Caribe colombiana y en el contexto nacional en general, esta necesidad ha impulsado la creación de programas educativos centrados en la formación de docentes con competencias bilingües sólidas, especialmente en español e inglés. Pero, más allá de los idiomas, se busca formar personas líderes, autónomas, humanistas, capaces de desenvolverse con empatía y compromiso en contextos multiculturales.

Ahora bien, para entender el porqué y el cómo de esta apuesta educativa, conviene hacer un recorrido breve por las distintas maneras en que las lenguas se han enseñado a lo largo del tiempo, tanto a nivel global como local. No es una tendencia reciente: la educación bilingüe tiene raíces profundas. Desde tiempos antiguos, como en la Academia de Sócrates, ya se veía cómo el uso de más de una lengua en entornos educativos abría posibilidades de pensamiento más amplias y complejas (García, 2009).

¿Qué significa realmente ser bilingüe?

Aunque muchas veces se piensa que el bilingüismo implica dominar por completo dos lenguas, la realidad es más matizada. Según Baker (1996), hay que distinguir entre habilidad y uso bilingües. Mientras que algunas personas dominan de forma similar ambas lenguas, otras pueden tener un dominio desigual, pero cambian de una a otra según la situación. En este sentido, ser bilingüe no es un punto de llegada, sino un proceso dinámico y flexible que involucra la comprensión y producción tanto oral como escrita, además del procesamiento mental en ambas lenguas.

Y es que, la verdad sea dicha, el bilingüismo también tiene mucho que ver con el contexto en el que se usa la lengua. No se trata solo de saber, sino de saber usar. Por eso, las propuestas educativas actuales han evolucionado hacia modelos en los que los contenidos no se enseñan separados del idioma, sino que se integran de manera orgánica.

Modelos de enseñanza bilingüe: una mirada comparada

A lo largo de las últimas décadas, se han desarrollado diversas maneras de combinar la enseñanza de contenidos académicos con el aprendizaje de una segunda lengua. Esta tendencia ha sido impulsada, entre otros factores, por políticas de organismos internacionales como la Unión Europea y por marcos comunes de referencia como el CEFR (Consejo de Europa, 2001), que buscan promover el plurilingüismo.

Entre los modelos más reconocidos se encuentran:

  1. Lengua con contenidos: donde el enfoque principal sigue siendo lingüístico, pero se utilizan temas de otras áreas para enriquecer el aprendizaje del idioma. Es un modelo más tradicional.
  2. Lengua y contenidos coordinados: aquí, tanto los contenidos lingüísticos como los conceptuales se planifican de forma equilibrada. Como explica Brinton (1989), la idea es que el aprendizaje del idioma esté guiado por el contenido, y viceversa.
  3. Contenidos a través de la lengua extranjera (CLIL/AICLE): este enfoque invierte la prioridad, enfocándose primero en el contenido académico. El idioma se aprende casi "por añadidura", a través de la inmersión en materias como ciencia, historia o arte. Es uno de los modelos más utilizados actualmente en Europa (Coyle, Hood & Marsh, 2010).

Bilingüismo en Colombia: una política con impacto social

En Colombia, la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) ya reconocía la importancia de aprender una lengua extranjera desde la educación básica y media. Desde entonces, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) ha emprendido varios programas para mejorar la enseñanza del inglés en el país. Estas políticas se han enfocado no solo en los estudiantes, sino también en la formación y actualización de los docentes, conscientes de que el éxito del bilingüismo pasa necesariamente por la calidad del profesorado (MEN, 2006).

Las evaluaciones realizadas en distintas regiones del país revelaron brechas importantes en la competencia comunicativa en inglés. Esto llevó a trazar metas claras: desde mejorar el dominio del idioma en todos los niveles educativos, hasta desarrollar modelos de educación bilingüe y trilingüe para comunidades vulnerables, hablantes de lenguas nativas o poblaciones en zonas de frontera.

Más allá del idioma, el enfoque actual del MEN busca una formación que permita a los estudiantes comprender otras culturas, abrirse al diálogo intercultural y fortalecer la tolerancia. Porque, como señalan diversas investigaciones, aprender una lengua extranjera también es aprender a ver el mundo desde otras perspectivas (Byram, 1997).

Formación docente con propósito: más allá de la gramática

El programa de Licenciatura en Educación Bilingüe se alinea con este panorama, formando docentes que no solo enseñan inglés, sino que entienden el valor transformador del lenguaje en la vida de sus estudiantes. El currículo contempla tres grandes componentes:

  • Formación integral disciplinar: desarrollo de competencias lingüísticas sólidas.
  • Formación pedagógico-investigativa: fortalecimiento de la práctica docente desde una mirada reflexiva.
  • Formación humanística: fomento de valores, identidad cultural y apertura al otro.

Así, los futuros licenciados estarán preparados para desenvolverse en diversos contextos educativos: desde la educación básica y media, hasta la educación superior y la educación para el trabajo. Además, se espera que puedan trabajar con poblaciones vulnerables, grupos étnicos, comunidades raizales y hablantes de lenguas minoritarias, contribuyendo al respeto por la diversidad cultural y lingüística del país.

Ser bilingüe: una ventaja para la vida

Hablar otra lengua es más que una habilidad académica; es una ventana al mundo. Facilita el acceso a nuevos conocimientos, permite comunicar ideas con mayor alcance, y promueve el desarrollo de una ciudadanía global activa. Como lo han demostrado los modelos de inmersión implementados en países como Canadá, los estudiantes pueden alcanzar altos niveles académicos y lingüísticos al mismo tiempo (Genesee, 2006).

La verdad es que, en un mundo cada vez más conectado, ser bilingüe no solo mejora las oportunidades laborales, sino que potencia la comprensión intercultural y la empatía. Y eso, sin duda, es un paso importante hacia una educación más inclusiva, humana y transformadora.

Referencias

Baker, C. (1996). Foundations of Bilingual Education and Bilingualism. Multilingual Matters.

Brinton, D. M., Snow, M. A., & Wesche, M. B. (1989). Content-Based Second Language Instruction. Newbury House.

Byram, M. (1997). Teaching and Assessing Intercultural Communicative Competence. Multilingual Matters.

Consejo de Europa. (2001). Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Instituto Cervantes.

Coyle, D., Hood, P., & Marsh, D. (2010). CLIL: Content and Language Integrated Learning. Cambridge University Press.

Genesee, F. (2006). Educating English Language Learners: A Synthesis of Research Evidence. Cambridge University Press.

Ministerio de Educación Nacional de Colombia. (2006). Estándares Básicos de Competencias en Lenguas Extranjeras: Inglés. MEN.

 

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