Este programa surge como respuesta a las crecientes exigencias del contexto global: un mundo interconectado que requiere ciudadanos capaces de interactuar en inglés para acceder a oportunidades educativas, laborales y culturales.
Lineamientos
teóricos y metodológicos
Desde una perspectiva
teórica, el programa se alinea con enfoques comunicativos y socioculturales del
aprendizaje del inglés, enmarcados en los principios del Marco Común Europeo
de Referencia para las Lenguas (MCER). Se apuesta por una enseñanza que va
más allá de la gramática y se enfoca en el desarrollo de competencias
comunicativas, particularmente la comprensión intercultural, el uso
significativo del lenguaje y la participación activa del estudiante.
En cuanto a los lineamientos
metodológicos, el programa incorpora prácticas como la co-enseñanza con
formadores nativos, el uso de materiales auténticos, el diseño de proyectos
contextualizados y la formación continua del profesorado. Esto se traduce en
una aproximación integrada y centrada en el aprendiz, coherente con los
planteamientos de autores como Canagarajah (2007) sobre el inglés como lengua
franca y el aprendizaje situado.
Objetivos del
programa
El Programa Colombia
Bilingüe se planteó objetivos ambiciosos y necesarios:
- Aumentar el número de estudiantes con
nivel B1 del 2% al 8%, y
del nivel A2 del 7% al 35%.
- Fortalecer la competencia lingüística de
los docentes, elevando el
porcentaje con nivel B2 del 10% al 43%.
- Transformar las prácticas pedagógicas mediante la distribución de materiales,
el diseño curricular y la integración de tecnologías.
- Promover la equidad educativa, garantizando el acceso a recursos de
calidad en todo el territorio nacional.
Principales
estrategias de implementación
Para cumplir estos
objetivos, el programa se estructuró en torno a tres ejes fundamentales:
- Desarrollo profesional docente: Se promovieron programas de formación en
inglés y pedagogía, incluyendo cursos, pasantías, diagnósticos y
acompañamiento con profesores nativos. Esto refleja el reconocimiento de
que la calidad de la enseñanza está estrechamente ligada a la formación continua
del profesorado (Richards & Farrell, 2005).
- Diseño de un modelo pedagógico y currículo
nacional: Se elaboró un currículo
sugerido de inglés desde transición hasta grado 11, entregando más de
22.000 kits pedagógicos. Este currículo guía la planeación de clases y
fomenta prácticas pedagógicas adaptadas a los contextos locales, lo que se
alinea con el enfoque de glocalización en educación lingüística.
- Dotación de materiales: Se distribuyeron más de un millón de
textos (“Way to Go!” y “English, Please!”), así como recursos
tecnológicos, kits para primaria y laboratorios de bilingüismo. Estos
esfuerzos apuntan a reducir la brecha de acceso entre instituciones
urbanas y rurales.
Ventajas del
programa
Una de las mayores
fortalezas del programa es su visión integral. No solo se enfoca en los
estudiantes, sino también en los docentes y en las condiciones de enseñanza. La
inversión en materiales, currículo y tecnologías ha permitido a muchos jóvenes,
especialmente de colegios oficiales, “viajar por el mundo” a través del
inglés, conectarse con otras culturas y reafirmar su identidad nacional
desde una perspectiva global.
Además, el programa ha
logrado metas que antes parecían inalcanzables, como movilizar el indicador
de bilingüismo en tan solo cuatro años, algo que no se había conseguido en la
década anterior. En palabras simples, empezó a mover una aguja que estaba
estancada.
Limitaciones y
desafíos
No obstante, también
hay aspectos críticos que deben reconocerse con franqueza. A pesar de la
inversión, solo el 1% de los estudiantes de grado 11 en colegios oficiales
alcanza el nivel B1, lo cual muestra una brecha preocupante entre
las metas y los resultados reales. Esta situación podría atribuirse a múltiples
factores: tiempos limitados de exposición al idioma, desigualdades regionales,
o el bajo nivel inicial de competencia docente.
Asimismo, la
implementación de metodologías innovadoras aún enfrenta resistencia en
algunos contextos escolares, debido a la falta de apropiación, sobrecarga
administrativa o escasez de acompañamiento constante. La verdad es que
transformar el sistema educativo requiere más que entregar materiales: se
necesita una cultura de cambio, liderazgo escolar sólido y continuidad
en las políticas públicas más allá de los periodos gubernamentales.
En resumen, el
Programa Colombia Bilingüe representa un paso valiente y necesario hacia
la internacionalización de la educación pública en Colombia. Aunque sus logros
son innegables, especialmente en términos de cobertura, formación docente y
acceso a recursos, todavía queda camino por recorrer para alcanzar una
implementación efectiva y sostenible. Lo importante ahora es no
perder el impulso: continuar invirtiendo, evaluando críticamente y
ajustando las estrategias con base en evidencia real.
Y es que, más allá del
inglés como asignatura, lo que está en juego es el derecho de todos los
estudiantes colombianos a participar plenamente en el mundo global, sin
importar su origen o condición.
Referencias
Canagarajah, S.
(2007). Lingua franca
English, multilingual communities, and language acquisition. The Modern
Language Journal, 91, 923–939.
https://doi.org/10.1111/j.1540-4781.2007.00678.x
Consejo de
Europa. (2001). Marco Común
Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza, Evaluación.
Instituto Cervantes.
https://www.coe.int/en/web/common-european-framework-reference-languages
Richards,
J. C., & Farrell, T. S. C. (2005). Professional Development for Language
Teachers: Strategies for Teacher Learning. Cambridge University Press.
Ministerio de
Educación Nacional (MEN). (2018). Programa Colombia Bilingüe 2014–2018:
Resultados y aprendizajes. Bogotá: MEN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría conocer tu opinión