La globalización, con sus exigencias crecientes en términos de competitividad e inserción en la economía del conocimiento, ha empujado a numerosos países a redefinir sus políticas lingüísticas. Colombia no ha sido ajena a este fenómeno. En respuesta a estos retos, el Gobierno Nacional, bajo el liderazgo del presidente Juan Manuel Santos y la ministra de Educación María Fernanda Campo, lanzó el Programa Nacional de Inglés 2015–2025 “Colombia Very Well!” como una estrategia educativa integral, intersectorial y de largo plazo. Su objetivo central: empoderar a los ciudadanos mediante el desarrollo de competencias en inglés, entendiendo este idioma no solo como una herramienta de comunicación, sino como un vehículo de equidad, empleabilidad y conexión con el mundo.
Fundamentos
teóricos y metodológicos
Desde una perspectiva
teórica, el programa se alinea con enfoques contemporáneos del inglés como lengua
franca internacional (Seidlhofer, 2005), que reconocen la diversidad de
hablantes no nativos y la necesidad de formar usuarios competentes, más allá
del ideal del hablante nativo. En este marco, el objetivo no es imitar acentos
o culturas, sino comunicarse de forma efectiva en contextos reales y
diversos. A su vez, el enfoque metodológico se apoya en el marco común
europeo de referencia para las lenguas (MCER), que permite establecer metas
claras y comparables (Consejo de Europa, 2001).
Metodológicamente, el
programa apuesta por una formación por competencias, que integra el
aprendizaje del inglés en la vida académica, profesional y cotidiana del
estudiante. Este enfoque por tareas y objetivos comunicativos se traduce en
prácticas pedagógicas activas, contextualizadas y centradas en el estudiante,
coherentes con las tendencias internacionales en enseñanza de lenguas (Richards
& Rodgers, 2014).
Objetivos del
programa
Los objetivos del
programa pueden agruparse en tres niveles:
- Mejorar la calidad educativa mediante el fortalecimiento de las
competencias comunicativas en inglés desde la educación básica hasta la
superior.
- Fomentar la inclusión laboral a través de la articulación con el sector
productivo, promoviendo el inglés como herramienta de movilidad y
desarrollo profesional.
- Promover una política educativa coherente
y sostenible, con una
inversión significativa a lo largo de 10 años y la participación de
actores públicos y privados.
Principales
componentes del programa
- Educación básica y media: Se busca elevar el nivel de los docentes
al mínimo requerido (B2) y proporcionar materiales pedagógicos de calidad.
Esto se concreta en la formación de 12.000 docentes y la distribución de 6
millones de textos escolares. La meta es aumentar de 9.000 a 186.000 los
bachilleres con nivel B1 para 2025.
- Educación superior: Se pretende que 140.000 estudiantes se
gradúen anualmente con un nivel intermedio alto de inglés, duplicando la
cifra actual. Para ello, se implementarán sistemas de acompañamiento,
aseguramiento de la calidad y financiación, con un enfoque especial en los
programas de licenciatura en idiomas.
- Fuerza laboral y articulación con el
sector productivo: Se
proyecta capacitar a 40.000 personas en edad laboral, en alianza con el
sector privado, para mejorar su empleabilidad y responder a las demandas
del mercado global.
Ventajas de la
implementación
- Empoderamiento ciudadano: Aprender inglés fortalece la confianza y
abre nuevas posibilidades de comunicación, estudio y trabajo (Norton,
2013).
- Mayor competitividad nacional: Un capital humano con competencias
lingüísticas permite al país integrarse más efectivamente en el comercio,
la ciencia y la cultura global.
- Transformación educativa: Al centrarse en la formación docente, el
programa impulsa mejoras sostenibles y profundas en el sistema educativo.
- Colaboración intersectorial: La inclusión de sectores empresariales y
académicos crea sinergias clave para que el inglés tenga un impacto más
allá del aula.
Desventajas o
desafíos
- Desigualdad regional: Las condiciones para implementar el
programa no son homogéneas en todo el país. Las zonas rurales, en
particular, enfrentan mayores obstáculos en infraestructura, conectividad
y formación docente (MEN, 2016).
- Sostenibilidad a largo plazo: El éxito del programa depende de la
continuidad política y del compromiso financiero de gobiernos futuros.
- Dependencia del MCER: Aunque útil, el uso exclusivo del MCER
puede limitar la consideración de contextos locales, necesidades
específicas y variedades legítimas del inglés global (Canagarajah, 2007).
- Evaluación limitada del impacto: Hasta ahora, hay escasa evidencia
empírica rigurosa que documente de manera independiente el impacto real
del programa en el aprendizaje de los estudiantes.
La verdad es que el Programa
Nacional de Inglés 2015–2025 representa un esfuerzo ambicioso y necesario.
Y es que aprender inglés, en el contexto actual, no es solo una ventaja
individual: es una herramienta de transformación social. Sin embargo, para que
esta estrategia logre realmente cerrar brechas y promover la equidad, es
fundamental que se mantenga el enfoque humano, que se escuche a los docentes y
a las comunidades educativas, y que se garantice la equidad en el acceso a
oportunidades reales de aprendizaje.
A fin de cuentas, más
allá de metas numéricas, lo que está en juego es la posibilidad de que miles de
niños, niñas y jóvenes en Colombia vean ampliado su mundo, descubran nuevas
formas de expresarse y encuentren en el inglés una herramienta para soñar —y
construir— un futuro mejor.
Referencias
- Canagarajah, A. S. (2007). The
politics of English as a world language: New realms of political and
cultural identity. Routledge.
- Consejo de Europa. (2001). Marco Común
Europeo de Referencia para las Lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación.
Instituto Cervantes.
- Ministerio de Educación Nacional (MEN).
(2016). Evaluación del Programa Nacional de Inglés: Informe Técnico.
Bogotá: MEN.
- Norton, B. (2013). Identity
and Language Learning: Extending the Conversation. Multilingual Matters.
- Richards, J. C., & Rodgers,
T. S. (2014). Approaches and Methods in Language Teaching (3rd
ed.). Cambridge University
Press.
- Seidlhofer, B. (2005). English as a
lingua franca. ELT Journal, 59(4), 339–341.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría conocer tu opinión