La cultura tecnológica nos interpela desde un progreso vertiginoso que ya no admite reversión. Abordar esta realidad requiere humanizar la tecnología sin convertirnos en sus esclavos. Desde una conceptualización rica y detallada en el contexto colombiano, se distingue entre una cultura tecnológica incorporada—práctica, concreta y ligada a sistemas técnicos—y una no incorporada, que involucra creencias, valores y representaciones simbólicas. Ejemplos como el conductor de automóvil ilustran esta dualidad, mientras que categorías generacionales —nativos, inmigrantes, turistas digitales e inmovilistas analógicos— revelan cómo distintos grupos interactúan con ese entramado técnico que nos rodea.
1. Contexto y
vocación humanista
Vivimos un progreso
tecnológico que avanza sin freno ni retroceso. Esta realidad demanda que lo
tecnológico tenga dimensión humana: humanizar las máquinas, no robotizar
a las personas. La tecnología debe servir para el bienestar, la comodidad, y la
simplificación de la vida… pero ¡ojo! sin encadenarnos a ella. Esta tensión
entre empoderamiento y dependencia es el motor de la reflexión sobre “cultura
tecnológica”.
2. Marco conceptual
desde la óptica colombiana
¿Qué es la cultura
tecnológica?
Es el conjunto de
representaciones, valores y comportamientos que emergen en nuestra interacción
con la tecnología. Incluye cómo nos comunicamos, cómo interpretamos el mundo
técnico y cómo hacemos un uso consciente de nuestras herramientas. En esencia: la
tecnología como instrumento, siempre y cuando haya conocimiento y uso
adecuado para poder aprovecharla plenamente.
3. Componentes de
la cultura tecnológica
3.1 Componente
práctico (incorporado a sistemas técnicos)
Este pilar corresponde
a los conocimientos técnicos, las habilidades operacionales, las
pautas de comportamiento y los entrenamientos necesarios para operar un
sistema. Además, engloba la integración de valores y objetivos tecnológicos
como parte del propio sistema. Por ejemplo, un profesional que entiende la
lógica de diseño de una máquina y comparte sus metas funcionales.
3.2 Componente
valorativo (no incorporado)
Aquí dejamos el plano
de lo técnico y nos adentramos en lo simbólico y cultural: conocimientos
científicos generales no asociados a un sistema concreto, creencias (como mitos
tecnológicos), normas sociales, valores morales, políticos o religiosos que orientan
el uso de la tecnología. Por ejemplo, valorar la vida frente al avance
tecnológico en medicina, o defender la estabilidad frente a la innovación.
4. Modalidades:
incorporada vs. no incorporada
|
Modalidad |
Descripción |
|
Cultura tecnológica incorporada |
Creencias,
conocimientos y valores asimilados por los operadores de un sistema técnico:
su formación, entrenamiento y la interiorización de fines tecnológicos como
deseables. |
|
Cultura tecnológica no incorporada |
Conocimientos
generales, representaciones simbólicas, normas sociales o creencias que
relacionan la tecnología con valores más amplios, sin estar ligados
directamente a sistemas técnicos. |
5. Ejemplo
aplicado: el conductor de automóviles
- Cultura tecnológica incorporada:
- Saber mecánica del vehículo.
- Entrenamiento real en conducción.
- Interiorización de normas de tránsito
como parte del sistema técnico.
- Cultura tecnológica no incorporada:
- Creencias (acertadas o erróneas) sobre
contaminación.
- Normas sociales o de convivencia en el
tránsito.
- Valores respecto a proteger espacios
históricos urbanos frente a impactos ambientales.
Este ejemplo muestra
cómo un actor (el conductor) integra conocimientos técnicos, normas y valores
sociales que no pertenecen al sistema mecánico, pero sí influyen en su uso
responsable.
6. Dimensión
temporal y grupos generacionales
El tiempo y el
contexto colectivo definen cómo nos relacionamos con la tecnología. Se
reconocen cuatro tipos de sujetos:
- Nativos digitales: nacieron en la era digital, manejan las
TIC con natural fluidez, dominan herramientas multimedia, redes, blogs y
contenidos digitales con comodidad innata.
- Inmigrantes digitales: personas entre aproximadamente 35 y 55
años, que crecieron sin tecnología, pero se adaptaron progresivamente a
ella.
- Turistas digitales: usuarios que solo interactúan
superficialmente con la red (un correo electrónico ocasional, por
ejemplo), sin adentrarse en ella.
- Inmovilistas analógicos: aquellos que rehúsan activamente usar
herramientas tecnológicas, permaneciendo en la lógica analógica.
Estas categorías
explican que no todos vivimos la tecnología igual: hay quienes la abrazan,
otros que la integran gradualmente y algunos que permanecen al margen.
7. Análisis crítico
y humanización tecnológica
En Colombia, más que
admirar el avance técnico, urge preguntarnos: ¿cómo cultivamos una tecnología
humana? El desafío es educar no solo en habilidades, sino en pensamiento
crítico sobre valores tecnológicos. Ejemplos útiles:
- Ejemplo 1: Un ingeniero de transporte capacitado
sabe cómo funciona un sistema semafórico (incorporado) y reflexiona sobre
cómo su diseño debe priorizar zonas escolares por encima de la velocidad
del flujo vehicular (no incorporado).
- Ejemplo 2: Un profesor universitario domina
plataformas virtuales (incorporado) y al mismo tiempo promueve el
pensamiento crítico sobre la brecha digital rural (no incorporado).
- Contraejemplo: Un usuario que conoce cómo usar redes
sociales (incorporado) pero cree erróneamente que toda información en
línea es verídica y legal (no incorporado), lo cual evidencia una
valoración desequilibrada.
8. Buenas prácticas
para promover una cultura tecnológica alineada con lo humano
- Capacitar técnicamente de manera rigurosa a los operadores y
usuarios (componente incorporado).
- Fomentar reflexión ética y cultural en torno al uso y diseño tecnológico
(componente no incorporado).
- Promover ejemplos cotidianos que conecten la técnica con la vida
diaria colombiana (transporte, educación, ambiente).
- Incorporar diversidad generacional en los procesos educativos, para abordar
nativos, inmigrantes, turistas e inmovilistas desde sus particularidades.
- Impulsar políticas públicas sensibles: equilibrar eficiencia técnica y
bienestar social (p. ej., regulación tecnológica desde enfoque de DD. HH).
- Evaluar críticamente cómo cada tecnología afecta el tejido
humano y social, en lugar de adoptarla mecánicamente.
9. Conclusión
La cultura tecnológica
es un puente entre el conocimiento técnico y los valores humanos: implica
habilidades, normas y significados que pueden y deben estar al servicio de lo
humano. En Colombia, humanizar la tecnología significa educar con conciencia, promover
el pensamiento crítico y diseñar sistemas que respeten nuestra dignidad. Solo
así la tecnología será una herramienta emancipadora, nunca una cadena.
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