jueves, 26 de diciembre de 2024

Impactos y Desafíos del Uso de los Datos e Información Personal de los Seres Humanos en el Mundo Actual

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han transformado profundamente nuestra vida cotidiana. Dispositivos como altavoces inteligentes, asistentes virtuales, computadoras, teléfonos inteligentes y otros, son herramientas comunes en nuestra interacción diaria con el mundo digital. Sin embargo, es crucial reconocer que este panorama tecnológico no solo abarca los dispositivos en sí, sino también las disciplinas científicas y técnicas que los sustentan, tales como las ciencias de la computación, la ingeniería de sistemas, la robótica y las matemáticas. Estas disciplinas no solo crean equipos digitales, sino también redes, programas informáticos y recursos para almacenar, procesar y transmitir datos (Kallnikos, 2018).

Los datos generados por el uso de estas tecnologías tienen una estructura que permite obtener información sobre el comportamiento y la actuación de las personas en diversas áreas, como la académica, laboral, social, entre otras. Esta información, organizada y procesada, tiene el objetivo de mejorar la toma de decisiones y la eficiencia en las tareas cotidianas. Un ejemplo claro de este impacto es el comercio en línea, donde los usuarios, sin necesidad de desplazarse, pueden adquirir productos desde la comodidad de su hogar, gracias a la recopilación de datos sobre sus preferencias y comportamientos de compra.

Sin embargo, el uso de las TIC plantea dilemas éticos que deben ser abordados con una reflexión crítica. Un claro ejemplo es el riesgo de inactividad física asociado a las compras en línea, lo cual puede llevar al aumento de peso. Este tipo de situaciones subraya la importancia de tomar decisiones éticas en el uso de las tecnologías, para que los individuos actúen de manera responsable y consciente, respetando los valores y principios que deben guiar su comportamiento y el de la sociedad.

El uso de dispositivos digitales implica la generación de datos que son procesados y almacenados, lo cual puede derivar en la creación de cifras estadísticas utilizadas por diferentes actores sociales con el fin de obtener ventajas en diversos campos. Kallnikos (2018) señala que la relación de las personas con sus datos plantea interrogantes fundamentales sobre la identidad y la privacidad: “¿Yo soy mis datos solamente? ¿De qué otras maneras pueden conocerme?” Estas preguntas nos invitan a reflexionar sobre el concepto de identidad digital, es decir, cómo las personas son representadas a través de la información que comparten en línea.

Es importante reconocer que, aunque algunos individuos se empeñan en construir una identidad digital que los represente de manera fiel, otros optan por mostrar solo una versión selectiva de sí mismos. No obstante, es esencial recordar que una persona no debe ser reducida a una colección de datos cuantificables. Las tecnologías deben utilizarse de manera que se respeten y se aborden las múltiples dimensiones de la persona, incluyendo sus emociones, relaciones interpersonales y conexión con el mundo natural.

Este contexto plantea la necesidad de que cada individuo ejerza su derecho a la privacidad y a la autodeterminación. Como señala Nielsen (2014), “el acceso masivo a datos detallados puede ser utilizado para comprender mejor a los consumidores y mejorar la eficiencia de los procesos comerciales”. Sin embargo, si no se protege adecuadamente la información personal, los individuos se exponen a riesgos graves, como el robo de identidad, el acoso en línea y otros delitos cibernéticos.

La seguridad en línea se ha convertido en un tema prioritario a nivel global. Los ciberdelincuentes utilizan técnicas sofisticadas para obtener información valiosa, realizar ciberataques y amenazar la seguridad de los sistemas digitales. Según Hypponen (2014), “hoy hay más ciberataques que nunca antes”, lo que resalta la necesidad de contar con sistemas de seguridad robustos para prevenir estos riesgos.

En conclusión, las TIC han impactado de manera significativa la vida cotidiana de las personas, facilitando tareas y procesos en menor tiempo y con menos esfuerzo físico. Sin embargo, también es fundamental reconocer los desafíos éticos y los riesgos asociados a su uso, como la pérdida de privacidad y la exposición a amenazas cibernéticas. Reflexionar sobre cómo utilizar las TIC de manera responsable y consciente es esencial para construir un mundo digital más justo y seguro.

Referencias

Hypponen, M. (2014). Ciberataques. En Cómo internet está cambiando nuestras vidas (pp. 103-123). https://www.bbvaopenmind.com/wp-content/uploads/2014/03/BBVA-OpenMind-Ciberataques-Mikko-Hypponen.pdf

Kallnikos, J. (2018). La realidad recuperada: una investigación sobre la era de los datos. En La era de la perplejidad. Repensar el mundo que conocíamos (pp. 34-50). https://www.bbvaopenmind.com/wp-content/uploads/2018/03/BBVA-OpenMind-Jannis-Kallinikos-La-realidad-recuperada-una-investigacion-sobre-la-era-de-los-datos.pdf

Nielsen, M. (2014). Big data: ¿a quién pertenece? En Cómo internet está cambiando nuestras vidas (pp. 83-102). https://www.bbvaopenmind.com/wp-content/uploads/2014/03/BBVA-OpenMind-Big-Data-a-quien-pertenece-Michael-Nielsen.pdf

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