sábado, 11 de octubre de 2025

Entendiendo el modelo bidimensional de los estados emocionales

 1. ¿Por qué necesitamos modelos para entender las emociones?

La verdad es que las emociones son parte esencial de lo que somos. Sentimos alegría, miedo, calma o enojo, y cada una de esas emociones influye en cómo actuamos y pensamos. Para poder estudiarlas, los científicos han creado diferentes modelos de representación emocional. Estos modelos ayudan a “dibujar” las emociones en un espacio que permite observar cómo se relacionan entre sí.

Entre los más conocidos se encuentran el modelo de Lang y el modelo de Russell, ambos bidimensionales, es decir, usan dos ejes para organizar las emociones. Aunque suene técnico, lo que hacen es algo muy humano: ordenar los sentimientos según su tipo y su intensidad.

2. El modelo de Lang: un mapa simple de cómo nos sentimos

El modelo de estados afectivos de Lang (1995) es un sistema gráfico que representa las emociones usando dos ejes principales:

  • Valencia: mide si una emoción es positiva o negativa. Por ejemplo, la alegría tiene valencia positiva, mientras que la tristeza tiene valencia negativa.
  • Agitación o activación: mide si la emoción tiene mucha o poca energía. Por ejemplo, el enojo es una emoción con alta activación, mientras que la calma tiene baja activación.

Imagina un tablero con dos líneas que se cruzan en el centro, como un signo de más (+). En ese espacio, las emociones se distribuyen según su valencia (a lo ancho) y su nivel de energía (a lo alto o bajo). Así, una emoción puede ser positiva y activa (como el entusiasmo) o negativa y pasiva (como el cansancio).

Este modelo es muy útil porque permite ver visualmente cómo se agrupan las emociones, y ayuda a reconocer lo que sentimos con solo observar el “lugar” donde se encuentra una emoción en ese plano.

3. El modelo de Russell: el círculo de las emociones

El psicólogo James A. Russell (1980, 1989) propuso una versión más detallada llamada el modelo circumplejo de las emociones. Este también usa los ejes de valencia (horizontal) y activación (vertical), pero los dispone en forma circular, como si las emociones formaran una rueda.

Según Russell, las emociones fluyen unas hacia otras, no están separadas. Así, sentir “alegría” puede pasar fácilmente a “entusiasmo”, y de ahí a “tensión” si algo cambia en la situación. En este modelo:

  • El primer cuadrante (valencia positiva + alta activación) incluye emociones como alegría, entusiasmo o euforia.
  • El segundo cuadrante (alta activación + valencia negativa) muestra ira, ansiedad o miedo.
  • El tercer cuadrante (valencia negativa + baja activación) agrupa tristeza, depresión o aburrimiento.
  • El cuarto cuadrante (baja activación + valencia positiva) incluye relajación, calma o serenidad.

Russell también identificó 28 estados afectivos, distribuidos en estos cuadrantes. Es como un mapa emocional circular que permite entender no solo lo que sentimos, sino también cómo una emoción puede transformarse en otra.

4. Una analogía sencilla: el mapa del clima emocional

Piensa que tus emociones son como el clima.

La valencia sería si el día está soleado o nublado (agradable o desagradable).

La activación sería si hay viento fuerte o brisa suave (mucha o poca energía).

Entonces, el modelo bidimensional funciona como un mapa del tiempo emocional: a veces sentimos una “tormenta de enojo”, otras una “brisa tranquila de calma”.

5. ¿Para qué sirven estos modelos?

Estos modelos son útiles no solo en la investigación científica, sino también en la vida diaria.

  • Ayudan a entender mejor lo que sentimos, y a ponerle nombre a nuestras emociones.
  • Permiten comunicar mejor lo que nos pasa (“Estoy tenso, pero no enojado”).
  • Sirven en la educación emocional, sobre todo para niños que comienzan a reconocer sus sentimientos.

Además, conocer este modelo puede ayudarte a regular tus emociones. Si sabes que estás en el cuadrante de alta activación negativa (por ejemplo, con ansiedad), puedes buscar moverte hacia emociones de baja activación positiva (como la calma).

6. Limitaciones del modelo

Y es que, aunque el modelo de Russell es muy útil, no todas las emociones encajan perfectamente en él. Algunas son mixtas o dependen del contexto cultural. Por ejemplo, el orgullo puede sentirse positivo en unas culturas y negativo en otras.

Aun así, el modelo bidimensional sigue siendo una herramienta poderosa para comprender cómo se organizan y se transforman las emociones.

7. Mini ejercicios de reflexión

  1. ¿Qué emoción sientes cuando ganas un juego? ¿Dónde estaría en el mapa emocional?
  2. ¿Qué pasa con tus emociones cuando estás muy cansado o aburrido?
  3. Piensa en una emoción que cambie rápido (como la sorpresa). ¿En qué cuadrante empieza y a cuál puede moverse?

Conclusión

El modelo bidimensional de los estados emocionales nos ofrece una forma clara y visual de entender el universo de las emociones humanas. Tanto Lang como Russell nos enseñan que las emociones no son caóticas: tienen un orden, una energía y una dirección.

Y la verdad es que, al conocer este “mapa emocional”, aprendemos también a navegar mejor por nuestros propios sentimientos.

Referencias

Lang, P. J. (1995). The emotion probe: Studies of motivation and attention. American Psychologist, 50(5), 372–385.

Russell, J. A. (1980). A circumplex model of affect. Journal of Personality and Social Psychology, 39(6), 1161–1178.

Russell, J. A., & Barrett, L. F. (1999). Core affect, prototypical emotional episodes, and other things called emotion: Dissecting the elephant. Journal of Personality and Social Psychology, 76(5), 805–819.

Posner, J., Russell, J. A., & Peterson, B. S. (2005). The circumplex model of affect: An integrative approach to affective neuroscience, cognitive development, and psychopathology. Development and Psychopathology, 17(3), 715–734.

 

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