sábado, 11 de octubre de 2025

La hipótesis del marcador somático: emoción, cuerpo y decisión en el modelo integrado de Damasio

 La verdad es que cada día tomamos cientos de decisiones —desde cómo reaccionar ante un alumno frustrado hasta cómo resolver un conflicto en el aula—, y aunque solemos pensar que decidimos con la cabeza, Antonio Damasio nos mostró que también decidimos con el cuerpo. Su hipótesis del marcador somático (HMS) cambió la forma de entender la relación entre emoción, mente y razón: propuso que las emociones, lejos de ser un obstáculo, son una brújula fisiológica que guía el juicio y el comportamiento humano (Damasio, 1994, 1999, 2018).

Comprender esta interacción es esencial para los educadores, porque en la escuela no solo se enseña a pensar: también se enseña a sentir, interpretar y decidir con equilibrio. Y es que desarrollar las competencias socioemocionales implica reconocer que la mente, el cerebro y el cuerpo trabajan como un solo sistema.

1. Conceptos clave: emoción, sentimiento y cuerpo en interacción

Damasio distingue entre emoción y sentimiento.

  • La emoción es la reacción corporal automática ante un estímulo (por ejemplo, un sobresalto o una sonrisa).
  • El sentimiento, en cambio, es la percepción consciente de esa emoción; es cuando nos damos cuenta de cómo nos sentimos y le damos un significado (Damasio, 1999).

Ambos procesos se sostienen sobre una red que integra sistemas cerebrales, corporales y cognitivos. El cuerpo —a través del sistema nervioso autónomo, las vísceras y la piel— genera señales fisiológicas (sudoración, palpitaciones, tensión muscular) que son procesadas en el cerebro y devueltas como experiencia subjetiva. Esta sincronía mente-cuerpo garantiza la homeostasis, el equilibrio emocional necesario para actuar con sensatez y empatía (Bechara & Damasio, 2004).

2. El origen de la hipótesis del marcador somático

La HMS nació con El error de Descartes (1994), donde Damasio cuestionó la vieja idea dualista según la cual la mente era independiente del cuerpo. Propuso, por el contrario, que las emociones son un componente esencial del pensamiento racional.

A partir de su trabajo clínico con pacientes con lesiones frontales —personas que conservaban la inteligencia pero perdían la capacidad de decidir con acierto—, Damasio observó que el razonamiento lógico no basta. Sin emoción corporal, la decisión se paraliza.

El ejemplo más conocido es el “Iowa Gambling Task”, diseñado por Damasio y Bechara (1994), en el que los participantes aprenden, sin saberlo, a evitar opciones arriesgadas porque sus cuerpos anticipan el error con cambios fisiológicos: sudor en las manos, aceleración cardíaca, tensión. El cuerpo “sabe” antes que la mente.

3. ¿Cómo funcionan los marcadores somáticos?

Los marcadores somáticos son señales corporales asociadas a emociones previas que se reactivan ante decisiones futuras. Si una experiencia nos generó miedo o alivio, las sensaciones físicas que la acompañaron quedan almacenadas en la memoria emocional. Cuando enfrentamos una situación parecida, esas sensaciones resurgen y marcan (orientan) nuestra elección (Damasio, 1996). Por ejemplo:

  • Un docente que recuerda el estrés de una clase caótica sentirá una leve tensión corporal antes de repetir estrategias ineficaces, lo que puede motivarlo a probar un enfoque distinto.
  • O, en el aula, un estudiante que asocia una exposición oral con ansiedad sentirá esa misma incomodidad al hablar frente al grupo. Si logra reconocer el marcador, puede aprender a regularlo.

En términos simples, el cuerpo actúa como una memoria emocional predictiva que guía decisiones antes de que intervenga el razonamiento consciente. Es lo que, coloquialmente, llamamos “corazonadas”.

4. Implicaciones educativas y estrategias prácticas

4.1. La emoción como brújula pedagógica

La HMS sugiere que toda decisión didáctica o disciplinaria implica un componente emocional. En la práctica, esto significa que la autorregulación emocional no solo mejora el bienestar, sino también la calidad de las decisiones docentes y estudiantiles (Márquez et al., 2013).

4.2. Estrategias aplicadas al aula

  1. Rutinas de interocepción: antes de iniciar una clase exigente, invitar al grupo a notar cómo se siente el cuerpo: respiración, postura, tensión. Esto afina la conciencia corporal, clave del marcador somático.
  2. Diarios emocionales breves: al final del día, los alumnos pueden anotar una decisión que tomaron y cómo se sintieron. Así reconocen cómo la emoción influye en la conducta.
  3. “Semáforo emocional”: rojo = necesito pausa; amarillo = me siento inseguro; verde = listo para actuar. Favorece la toma de decisiones autorreguladas y empáticas.
  4. Modelado docente: cuando el profesorado verbaliza cómo maneja una emoción (“me sentí frustrado, respiré y busqué otra forma”), enseña regulación emocional en acción.

Estas prácticas integran cognición, emoción y cuerpo, promoviendo una toma de decisiones consciente y humanizada.

5. Críticas y consideraciones

La HMS ha sido enormemente influyente, pero también ha recibido críticas. Algunos autores señalan que la toma de decisiones depende de una interacción más compleja entre emoción, cognición y contexto, y que los marcadores somáticos son solo una parte del sistema (Dunn et al., 2006).

Además, los experimentos del Iowa Gambling Task no explican por completo las diferencias individuales ni las condiciones culturales que modulan la respuesta emocional. Aun así, la hipótesis de Damasio ha inspirado modelos actuales de neuroeducación y aprendizaje emocional, que reconocen al cuerpo como un componente activo del pensamiento.

6. Cierre: una pedagogía con cuerpo

En resumen, pensar, sentir y decidir no son procesos aislados. La mente, el cerebro y el cuerpo conforman un sistema integrado en el que las emociones cumplen una función adaptativa y orientadora.

La hipótesis del marcador somático nos recuerda que el cuerpo es un interlocutor sabio en el proceso educativo: cuando un docente aprende a escuchar sus propias señales —esa ligera inquietud, ese alivio, ese impulso de detenerse—, se vuelve más consciente, más empático y eficaz.

Y es que educar desde la emoción no es dejar de pensar; es pensar con todo el cuerpo, con la razón y con el corazón en diálogo constante.

Glosario

  • Emoción: reacción fisiológica automática ante un estímulo.
  • Sentimiento: percepción consciente de una emoción.
  • Homeostasis: equilibrio interno que permite la estabilidad emocional.
  • Marcador somático: señal corporal que orienta la toma de decisiones.
  • Interocepción: capacidad de percibir los estados internos del cuerpo.
  • Autorregulación: manejo consciente de emociones para actuar con eficacia.
  • Neuroeducación: disciplina que une neurociencia, psicología y pedagogía.

Referencias

Bechara, A., & Damasio, A. R. (2004). The somatic marker hypothesis: A neural theory of economic decision. Games and Economic Behavior, 52(2), 336–372. https://doi.org/10.1016/j.geb.2004.06.010

Damasio, A. (1994). Descartes’ Error: Emotion, Reason, and the Human Brain. Putnam.

Damasio, A. (1999). The Feeling of What Happens: Body and Emotion in the Making of Consciousness. Harcourt.

Damasio, A. (2018). The Strange Order of Things: Life, Feeling, and the Making of Cultures. Pantheon.

Márquez, M. R., Salguero, P., Paíno, S., & Alameda, J. R. (2013). La hipótesis del marcador somático y su incidencia en el proceso de toma de decisiones. Revista Electrónica de Metodología Aplicada, 18(1), 17–36.

Dunn, B. D., Dalgleish, T., & Lawrence, A. D. (2006). The somatic marker hypothesis: A critical evaluation. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 30(2), 239–271. https://doi.org/10.1016/j.neubiorev.2005.07.001

 

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