Este modelo se orienta al desarrollo progresivo de la competencia bilingüe, permitiendo una transición armónica entre la lengua materna (castellano) y la lengua extranjera (inglés), mediante el uso curricular integrado de ambas lenguas.
1. Enfoques
teóricos sobre lengua y aprendizaje
La propuesta se
sustenta en teorías socioconstructivistas del aprendizaje (Vygotsky, 1978), que
reconocen el lenguaje como herramienta mediadora en el desarrollo cognitivo.
Asimismo, el enfoque CLIL (Content and Language Integrated Learning),
ampliamente respaldado por Coyle, Hood y Marsh (2010), orienta la planificación
didáctica al integrar contenidos disciplinares con el aprendizaje de la lengua
extranjera. El bilingüe emergente es considerado un agente activo que
transfiere habilidades cognitivas entre lenguas (Cummins, 2000).
2. Objetivos
- Desarrollar competencia comunicativa en
inglés en un nivel B1 como mínimo al egresar, con aspiraciones al nivel
B2.
- Consolidar el dominio de la lengua
materna, favoreciendo la transferencia lingüística y conceptual entre
idiomas.
- Promover el pensamiento crítico, la
resolución de problemas y la colaboración mediante el aprendizaje de
contenidos en lengua extranjera.
3. Organización de
actividades de enseñanza y aprendizaje
Desde los grados 1º y
2º, se destinan 8 horas semanales al uso del inglés, aumentando gradualmente
hasta 16 horas semanales en 5º grado y manteniéndose en secundaria y media.
Estas horas incluyen tanto clases de inglés como la enseñanza de otras áreas (ciencias,
matemáticas, educación artística o física) en inglés. Se incorporan actividades
significativas como proyectos integradores, celebraciones culturales y
festivales académicos en ambas lenguas.
Las actividades varían
en dificultad, desde tareas simples como identificar elementos en gráficas,
hasta proyectos complejos como diseño de encuestas o presentaciones de
resultados investigativos. Este enfoque graduado promueve una progresión
natural del aprendizaje.
4. Roles de los
actores educativos y materiales
El docente de
contenido y el docente de inglés trabajan en equipo (team teaching),
planificando conjuntamente y compartiendo la responsabilidad pedagógica. Se
espera que los profesores tengan nivel B2 como mínimo en inglés y formación en
su respectiva área disciplinar. Los estudiantes participan activamente en
discusiones, experimentos, debates y presentaciones, siendo agentes del
conocimiento. Los materiales deben estar alineados con los niveles de
complejidad cognitiva y lingüística, ser variados, actualizados y
contextualizados.
5. Metodologías y
prácticas docentes
Se adopta una
metodología comunicativa, centrada en el uso real del lenguaje en contextos
disciplinares. Se promueve el enfoque Preview-View-Review, el cual permite
activar conocimientos previos en la lengua materna, desarrollar nuevos
aprendizajes en inglés y consolidar la comprensión en ambas lenguas. Esto
garantiza una mayor transferencia y retención de conceptos.
6. Evaluación del
aprendizaje
La evaluación es dual
e integrada: se valoran tanto los aprendizajes disciplinarios como el
desarrollo lingüístico. Se recomienda usar criterios diferenciados según el
objetivo de la tarea (lingüístico, disciplinar o ambos) y aplicar instrumentos
como rúbricas mixtas, portafolios bilingües y pruebas formativas. Además, se
sugiere el uso de pruebas externas para monitorear el progreso.
7. Implicaciones
institucionales
La implementación
exige:
- Planeación curricular articulada y
flexible.
- Formación continua del personal docente.
- Adquisición de recursos didácticos en
inglés adecuados al nivel y contenido.
- Infraestructura tecnológica que favorezca
ambientes de aprendizaje bilingüe.
- Mecanismos de seguimiento y evaluación
institucional del impacto de la inmersión.
8. Consideraciones
finales
La verdad es que la
inmersión parcial no es solo una estrategia de enseñanza: es una filosofía
educativa que cree en el poder transformador del bilingüismo. Implica
compromiso, colaboración, visión institucional y una profunda convicción de que
los estudiantes pueden aprender más y mejor si se les ofrecen los contextos
adecuados. Y es que cuando el contenido y el lenguaje se entrelazan con
sentido, los resultados son realmente significativos.
Referencias
- Coyle, D., Hood, P., &
Marsh, D. (2010). CLIL: Content and Language Integrated Learning. Cambridge University Press.
- Cummins, J. (2000). Language,
Power and Pedagogy: Bilingual Children in the Crossfire. Multilingual Matters.
- Vygotsky, L. S. (1978). Mind
in Society: The Development of Higher Psychological Processes. Harvard University Press.
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