domingo, 12 de octubre de 2025

La mediación lingüística en el nivel Pre-A1: construir puentes para el aprendizaje significativo

 1. La mediación como práctica pedagógica inclusiva

La mediación en la enseñanza de lenguas no es un mero procedimiento comunicativo; es, ante todo, una forma de construir puentes entre personas, lenguas y culturas. Según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Volumen complementario (Consejo de Europa, 2020), la mediación implica que el aprendiz actúe como agente social que facilita la comprensión y la construcción compartida de significados. En otras palabras, no se trata únicamente de traducir palabras, sino de crear condiciones para que el aprendizaje y la comunicación fluyan con empatía y propósito.

En el nivel Pre-A1, esta mediación adquiere una relevancia especial: los aprendientes todavía no poseen una competencia lingüística desarrollada, pero sí pueden actuar como mediadores básicos en tareas que conectan lo que escuchan, observan o leen con la realidad inmediata de su entorno. Por ejemplo, un niño o niña puede ayudar a un compañero nuevo a entender el horario escolar señalando los relojes o repitiendo frases simples como “a las ocho clase” o “comer a las doce”.

La verdad es que, en estos primeros niveles, la mediación no se trata tanto de dominar el código lingüístico, sino de usar el lenguaje como herramienta social y emocional (Vygotsky, 1978; Lantolf & Thorne, 2006). Los docentes, por tanto, deben asumir que el objetivo no es la corrección formal inmediata, sino la participación comunicativa significativa.

2. Mediación y empatía: el lenguaje como espacio de encuentro

Toda actividad de mediación requiere una base sólida de inteligencia emocional. Para facilitar la comprensión y evitar malentendidos, los aprendientes necesitan desarrollar empatía hacia las perspectivas y emociones de los demás. Como explica Kramsch (1993), “la competencia comunicativa intercultural implica reconocer el punto de vista del otro sin perder el propio”.

Y es que, cuando un estudiante transmite un mensaje —por más simple que sea—, está realizando un acto de mediación social y cultural. Por ejemplo, al indicar un precio o al explicar una instrucción, no solo repite información, sino que interpreta y recontextualiza lo que comprende para hacerlo accesible a otros. Este proceso activa habilidades cognitivas y socioemocionales que fortalecen la competencia plurilingüe.

En el aula bilingüe, los docentes pueden cultivar esta sensibilidad mediadora mediante dinámicas colaborativas: juegos de rol donde los niños “ayudan” a un visitante a orientarse por la escuela, o actividades de “pequeños intérpretes” donde transmiten palabras clave entre dos lenguas (por ejemplo, “book – libro”, “red – rojo”). Estas tareas, aunque sencillas, fomentan un tipo de aprendizaje que trasciende lo lingüístico y se convierte en relacional.

3. Los tres ejes de la mediación en la enseñanza de lenguas

El MCER (Consejo de Europa, 2020) describe tres tipos principales de mediación que pueden integrarse en la práctica pedagógica:

  • Mediar textos: consiste en transmitir información contenida en un texto que otra persona no puede comprender directamente, ya sea por barreras lingüísticas, culturales o técnicas. Ejemplo práctico: leer en voz alta un cartel y explicar su significado a un compañero que no entiende la lengua del texto.
  • Mediar conceptos: se refiere a ayudar a otros a acceder a conocimientos o ideas que no pueden comprender por sí mismos. Ejemplo práctico: explicar a un compañero qué significa una palabra nueva usando gestos o imágenes.
  • Mediar la comunicación: busca facilitar la interacción entre personas con diferentes perspectivas, lenguas o estilos comunicativos. Ejemplo práctico: ayudar a un compañero y a una maestra a entenderse cuando surge una confusión durante una actividad.

Estas tres dimensiones se entrelazan en la práctica escolar. No es posible —ni deseable— separarlas completamente, pues la mediación lingüística, conceptual y comunicativa se entretejen en cada acto de enseñanza-aprendizaje (Piccardo, North & Goodier, 2019).

4. Transmitir información específica en el nivel Pre-A1

A nivel Pre-A1, la mediación se concreta en acciones muy básicas, pero profundamente significativas. Según los descriptores del MCER, los aprendientes en este nivel pueden:

  • Transmitir oralmente o por señas instrucciones sencillas sobre lugares y horarios, siempre que se repitan despacio y con claridad.
  • Transmitir información elemental (números, precios, nombres) a partir de textos breves e ilustrados.
  • Enumerar datos concretos —como nombres o precios— de textos simples y visuales que tienen relevancia inmediata en su entorno.

Estas actividades no buscan evaluar la precisión lingüística, sino la capacidad del estudiante para captar y compartir información significativa. Por ejemplo, en una clase de inglés en un contexto hispanohablante, un alumno podría escuchar la frase “The library opens at nine” y decir en español: “Abre a las nueve”. Aunque la estructura sea mínima, el acto comunicativo es exitoso, porque cumple la función de puente semántico y social.

5. Implicaciones didácticas para el aula bilingüe

Implementar actividades de mediación en niveles iniciales requiere una mirada pedagógica flexible y humanista. Los docentes deben crear espacios seguros donde los errores sean parte del proceso, no obstáculos. Es fundamental que el aula promueva el trabajo colaborativo, la exploración y el juego lingüístico.

Algunas estrategias prácticas incluyen:

  • Rincones de mediación visual, con carteles bilingües o pictogramas donde los estudiantes puedan practicar la transmisión de mensajes simples.
  • Dramatizaciones interactivas, donde los aprendientes expliquen a otros un horario, una instrucción o una pequeña historia visual.
  • Bitácoras de mediación, donde los niños registren, con dibujos o palabras, cómo ayudaron a otros a entender algo durante la semana.

Estas experiencias desarrollan no solo la competencia lingüística, sino también la conciencia intercultural, la empatía y la agencia comunicativa —elementos clave en la educación bilingüe contemporánea (Cummins, 2021).

6. Conclusión: enseñar a mediar es enseñar a convivir

Enseñar mediación, incluso en niveles iniciales, significa enseñar a convivir en la diversidad lingüística y cultural. Cada palabra compartida, cada gesto explicativo, cada traducción espontánea es una oportunidad para construir puentes. En última instancia, la mediación no es solo una destreza lingüística: es una actitud ante el otro, una forma de humanizar el aprendizaje de lenguas.

Referencias

Consejo de Europa. (2020). Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza, Evaluación. Volumen complementario. Estrasburgo: Consejo de Europa.

Cummins, J. (2021). Rethinking the Education of Multilingual Learners: A Critical Analysis of Theoretical Concepts. Multilingual Matters.

Kramsch, C. (1993). Context and Culture in Language Teaching. Oxford University Press.

Lantolf, J. P., & Thorne, S. L. (2006). Sociocultural Theory and the Genesis of Second Language Development. Oxford University Press.

Piccardo, E., North, B., & Goodier, T. (2019). Developing Illustrative Descriptors of Aspects of Mediation for the CEFR. Council of Europe Publishing.

Vygotsky, L. S. (1978). Mind in Society: The Development of Higher Psychological Processes. Harvard University Press.

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