1. Introducción
Comprender una lengua
va mucho más allá de identificar palabras: implica recibir, procesar y
construir significado a partir del contexto y la intención comunicativa. En los
niveles iniciales de aprendizaje —particularmente el Pre-A1, según el
Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER)—, la comprensión se
erige como la puerta de entrada al universo lingüístico. Para las maestras y
los maestros bilingües, este nivel constituye una oportunidad privilegiada para
desarrollar las bases perceptivas, cognitivas y afectivas que harán
posible el aprendizaje posterior.
La verdad es que
enseñar a comprender, en este estadio temprano, requiere combinar estrategias
multisensoriales, apoyos visuales y repeticiones que activen los esquemas
mentales previos del estudiante (Anderson & Pearson, 1984). Es en esa
interacción entre estímulo, contexto y significado donde comienza a formarse la
competencia comunicativa.
2. Comprensión
oral: escuchar, mirar y conectar
En el nivel Pre-A1, la
comprensión oral no se limita a oír. Es un proceso de atención compartida
donde los gestos, la entonación y el entorno visual desempeñan un papel
decisivo. De hecho, estudios en neuroeducación del lenguaje muestran que los
aprendientes procesan mejor los mensajes cuando la información auditiva se
acompaña de referentes visuales o de acciones físicas significativas
(Paivio, 1990; Mayer, 2009).
El estudiante de este
nivel puede entender preguntas o afirmaciones breves si se expresan despacio,
con claridad y apoyo visual. También logra reconocer palabras familiares
—como nombres, precios o días de la semana— siempre que el contexto sea cotidiano
y predecible.
2.1 Comprender
anuncios e instrucciones
La comprensión de
instrucciones breves (“Cierra la puerta”, “Para un momento”) constituye un
pilar de la interacción cotidiana. Los docentes pueden reforzar esta habilidad
mediante juegos de acción total física (TPR), dramatizaciones o
consignas acompañadas de gestos. El objetivo no es solo que el alumno entienda,
sino que vincule el significado a una experiencia corporal, lo que
potencia la memoria y la motivación (Asher, 1977).
2.2 Comprender
grabaciones y mensajes orales
A este nivel, los
estudiantes pueden reconocer palabras y números conocidos en grabaciones
cortas, siempre que se pronuncien con ritmo lento y dicción clara. Para
favorecerlo, se recomienda el uso de audios breves con voces familiares,
canciones infantiles o mensajes de clase grabados por el propio docente.
2.3 Comprensión
audiovisual
Ver videos, dibujos
animados o pequeños fragmentos de películas ayuda a los estudiantes a inferir
significados a partir de lo visual. Incluso cuando no comprenden todas las
palabras, el contexto visual guía la interpretación. Por eso,
actividades como identificar emociones en los personajes o predecir acciones a
partir de imágenes refuerzan la comprensión global (Krashen, 1982).
3. Comprensión
escrita: leer el mundo antes que las palabras
En los primeros
niveles, leer significa más interpretar el entorno que decodificar
letras. Como señala Vygotsky (1978), el aprendizaje lingüístico es
esencialmente social: se construye en interacción con materiales y personas. Por
ello, en Pre-A1, la lectura debe concebirse como un proceso de reconocimiento
de signos visuales, pictogramas y palabras familiares, más que como una
decodificación formal.
3.1 Leer
correspondencia
El alumnado puede
comprender mensajes muy sencillos —invitaciones, tarjetas o notas
breves— siempre que contengan información concreta (fecha, hora, lugar). Las
maestras pueden usar correos ficticios o tarjetas ilustradas para
simular intercambios reales y fomentar la comprensión de funciones
comunicativas básicas.
3.2 Leer para
orientarse
Las señales y letreros
cotidianos (“Prohibido fumar”, “Salida”, “Cafetería”) ofrecen un excelente
punto de partida para trabajar la lectura funcional. Estas actividades no solo
desarrollan la atención visual selectiva, sino también la autonomía
comunicativa. Una sugerencia práctica: crear recorridos dentro del aula con
carteles reales o simbólicos que permitan “leer” el espacio.
3.3 Leer para
obtener información
En este nivel, leer
implica identificar palabras clave acompañadas de imágenes (como menús
ilustrados o cuentos visuales). Las docentes pueden aprovechar materiales
auténticos y visualmente ricos —folletos, catálogos o libros ilustrados— para conectar
el lenguaje con la vida cotidiana.
3.4 Leer
instrucciones
Las instrucciones
simples (“No se admite comida ni bebida”, “Prohibido aparcar”) ayudan a que el
estudiante asocie el texto con una acción o norma social concreta.
Presentarlas en formato visual o mediante dramatizaciones facilita el
aprendizaje significativo (Ausubel, 1968).
4. Estrategias
cognitivas de comprensión
Comprender implica procesar
de abajo arriba (desde los sonidos o palabras hacia el significado global)
y de arriba abajo (desde el contexto y la experiencia hacia la
interpretación). En el nivel Pre-A1, ambas rutas se desarrollan con apoyo
docente: el estudiante deduce el significado de palabras nuevas a partir
de imágenes, iconos o gestos. Esta capacidad inferencial temprana es un
predictor clave del éxito lector posterior (Nation, 2001).
Los docentes pueden
promover estas habilidades mediante:
- actividades de observación guiada
de imágenes o escenas;
- anticipaciones orales (“¿qué crees que pasará?”);
- ejercicios de relación palabra-imagen;
- y la repetición en contextos variados.
5. Implicaciones
pedagógicas
La enseñanza de la
comprensión en Pre-A1 requiere crear experiencias multisensoriales y situaciones
comunicativas reales. El aula se convierte así en un laboratorio de
significados donde escuchar, ver, leer y actuar se entrelazan. Más que enseñar
palabras, el desafío es enseñar a percibir patrones, a interpretar
señales del contexto y a disfrutar del proceso de descubrir significado.
Como educadores
bilingües, tenemos la tarea de convertir la teoría en acción pedagógica,
haciendo que cada gesto, palabra o imagen contribuya a construir un puente
hacia la comprensión. Y es que, al final, comprender una lengua es también
comprender una forma de ver el mundo.
Referencias
Anderson,
R. C., & Pearson, P. D. (1984). A schema-theoretic view of basic
processes in reading comprehension. In P. D. Pearson (Ed.), Handbook of
Reading Research (pp. 255–291). Longman.
Asher, J.
(1977). Learning another language through actions: The complete teacher’s
guidebook. Sky Oaks
Productions.
Ausubel, D.
P. (1968). Educational psychology: A cognitive view. Holt, Rinehart and Winston.
Krashen, S.
D. (1982). Principles and practice in second language acquisition. Pergamon Press.
Mayer, R.
E. (2009). Multimedia learning (2nd ed.). Cambridge University Press.
Nation, I.
S. P. (2001). Learning vocabulary in another language. Cambridge University Press.
Vygotsky,
L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological
processes. Harvard University
Press.
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