miércoles, 25 de diciembre de 2024

Teorías sobre el proceso de adquisición de segundas lenguas

El estudio de la adquisición de un segundo idioma (L2) aborda los complejos procesos inconscientes mediante los cuales un aprendiz desarrolla la habilidad para usar las estructuras lingüísticas necesarias para comunicarse eficazmente. Este proceso, en su núcleo, implica que los estudiantes codifiquen y decodifiquen mensajes dentro de un contexto determinado, que está influenciado por circunstancias culturales, económicas y sociales. El maestro, en este marco, desempeña un papel crucial al analizar cómo cada estudiante gestiona estas interacciones lingüísticas de manera consciente o inconsciente, según las situaciones comunicativas específicas.

Una de las primeras teorías que se planteó para explicar este proceso fue el conductismo, una teoría psicológica respaldada por autores como J.B. Watson y B.F. Skinner. Esta corriente sostiene que el aprendizaje de un segundo idioma ocurre a través de la imitación de sonidos, la repetición y el refuerzo positivo o negativo por parte de los maestros. Según este enfoque, los estudiantes aprenden a responder a estímulos de manera adecuada, lo que permite la internalización de estructuras lingüísticas (Skinner, 1957). Este principio se aplicó en el método audiolingüe, que se enfocaba principalmente en la habilidad oral, incentivando la correcta pronunciación, la comprensión auditiva y la entonación. El método sugiere que los estudiantes deben escuchar y hablar primero, y solo después leer y escribir, sin cometer errores, ya que estos podrían convertirse en hábitos difíciles de corregir (Lado, 1957).

Dentro de este marco, el análisis de contraste se utilizó para identificar las diferencias entre la lengua materna (L1) y la segunda lengua (L2), lo que permitió predecir dificultades en el proceso de aprendizaje. Este enfoque sostiene que las interferencias de L1 pueden generar errores al transferir estructuras gramaticales propias al nuevo idioma. Por ejemplo, un hispanohablante podría decir "I have twenty years olds" debido a la interferencia de la estructura gramatical del español, donde se usa el verbo "tener" para indicar la edad (Corder, 1967). Sin embargo, el análisis de errores enfatiza que no todos los fallos lingüísticos provienen exclusivamente de esta interferencia, sino de un proceso cognitivo más complejo, en el que los estudiantes desarrollan un sistema intermedio, denominado interlengua, entre L1 y L2. Este sistema es dinámico y está sujeto a cambios a medida que el aprendiz realiza hipótesis y las valida, pero puede llegar a "fosilizarse", lo que impide su evolución (Selinker, 1972).

A medida que avanzan las investigaciones, el campo de la adquisición de lenguas también fue influenciado por teorías psicolingüísticas, que exploran cómo los estudiantes integran el nuevo conocimiento lingüístico con procesos cognitivos como la memoria y la atención. En este sentido, la teoría cognitiva propuesta por Stephen Krashen, conocida como el modelo Monitor, revolucionó la comprensión del aprendizaje de una L2. Krashen propone que existen varios procesos que intervienen en la adquisición de una segunda lengua: la hipótesis de adquisición/aprendizaje distingue entre el aprendizaje inconsciente y natural del idioma (adquisición) y el aprendizaje consciente de sus estructuras (aprendizaje); la hipótesis del orden natural sostiene que el aprendizaje de las estructuras gramaticales sigue un orden predecible; y la hipótesis del filtro afectivo destaca el impacto de factores emocionales en el proceso de adquisición, sugiriendo que un estado emocional positivo facilita el aprendizaje (Krashen, 1982).

Sin embargo, las teorías psicolingüísticas no logran explicar cómo los aprendices usan sus conocimientos lingüísticos para transmitir ideas de manera efectiva. Aquí entran en juego las teorías interaccionistas, que subrayan la importancia de la interacción social en el proceso de aprendizaje. Según la Teoría del Desarrollo Social de Vygotsky, el lenguaje se adquiere principalmente a través de la interacción con otros, donde el contexto social se convierte en un factor fundamental. Los aprendices, al interactuar, modifican su discurso para facilitar la comprensión, lo que refuerza la importancia de la negociación de significado (Vygotsky, 1978). De este modo, los errores y malentendidos no son vistos como fallos, sino como una oportunidad para que el aprendiz reciba retroalimentación y mejore su competencia lingüística.

Siguiendo esta línea, el modelo de aculturación propuesto por Schumann (1978) destaca cómo el aprendizaje de una L2 también está ligado al proceso de adaptación cultural. La distancia social y psicológica entre el hablante de L2 y la comunidad de hablantes nativos puede influir significativamente en el éxito o fracaso de este aprendizaje. Si las distancias sociales son grandes, el aprendizaje se limita a situaciones funcionales y puede dar lugar a la fosilización, un estancamiento en el progreso lingüístico debido a la falta de interacción social significativa.

Otro enfoque teórico relevante es la Teoría de la acomodación de Giles y Byrne (1982), que explica cómo los hablantes ajustan sus comportamientos lingüísticos para alcanzar sus objetivos comunicativos. Según esta teoría, la convergencia y divergencia son dos estrategias clave utilizadas por los hablantes para acercarse o distanciarse de sus interlocutores, dependiendo de las dinámicas sociales y las motivaciones personales. Esta teoría resalta la importancia del contexto social y la relación interpersonal en el aprendizaje de una L2.

En conclusión, la adquisición de un segundo idioma es un proceso complejo que involucra tanto factores cognitivos como sociales. Las teorías conductistas, psicolingüísticas e interaccionistas ofrecen marcos teóricos valiosos para entender cómo los aprendices desarrollan habilidades lingüísticas, pero también subrayan la importancia de la interacción, la adaptación cultural y los factores emocionales en el proceso de aprendizaje. Estas teorías no solo permiten una mejor comprensión de los mecanismos cognitivos detrás del aprendizaje de una L2, sino que también abren la puerta a enfoques educativos más integrados y contextuales que favorezcan la competencia comunicativa efectiva de los estudiantes.

Referencias

Corder, S. P. (1967). The significance of learner's errors. International Review of Applied Linguistics in Language Teaching, 5(4), 161-170.

Krashen, S. D. (1982). Principles and practice in second language acquisition. Pergamon Press.

Selinker, L. (1972). Interlanguage. International Review of Applied Linguistics in Language Teaching, 10(3), 209-231.

Schumann, J. H. (1978). The acculturation model for second language acquisition. In R. C. Gardner & W. E. Lambert (Eds.), Attitudes and motivation in second language learning (pp. 27-50). Newbury House.

Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer tu opinión